En el conjunto formado por el misterio y los animales, una de las combinaciones preferidas y más atrayentes es la de los seres de otra época que aparecen de cuando en cuando mientras en principio no deberían existir.

Hablo obviamente de aquellos casos en los que se ven involucradas criaturas que según todos nuestros conocimientos están más que extintas en nuestro planeta, pero sin embargo parecen querer demostrar que no lo sabemos todo, apareciendo cuando menos lo esperamos.

Un par de amigos me han refrescado uno de estos casos que dicen haber encontrado navegando aquí y allá, en la idea de que era una historia demasiado sensacional para no ser tenida en cuenta.

No es un suceso reciente, pues se originó en los años 70 del pasado siglo XX, pero desde luego tenía todos los ingredientes para conformar una buena película de misterio, por ello os comentaré de nuevo los datos por aquí.

Lo cierto es que la historia tenía suficiente información para ser tenida en cuenta. Todo se inició en el verano de 1971, en Lilac, diminuta población, originalmente un puesto de postas en un cruce de caminos, perteneciente al condado de Milam, en el norteamericano estado de Texas.

Allí, un granjero y residente local llamado Ted Litton, saltó a la fama entre sus vecinos cuando hizo un hallazgo sorprendente en un pequeño estanque artificial que había construido en sus tierras.

Una mañana capturó un extrañísimo animal que nunca antes había visto y que tenía el aspecto de ser una bestia de otros tiempos. Un familiar le hizo una foto que después sería la que alimentaría la difusión posterior del caso en las redes años después.

Sin internet entonces, lo cierto es que a nivel local el suceso fue muy comentado y pronto se pudo saber que el animal era nada menos que un euriptérido, familia de animales prehistóricos llamados comúnmente escorpiones de mar y que se consideran extinguidos desde finales del Paleozoico.

La historia por tanto tomó por tanto un tinte de bombazo informativo, que además iba a tomar un giro todavía más dramático poco tiempo después, cuando de repente pareció que toda referencia al caso desapareció de los medios.

Pero no sería hasta todavía un tiempo más tarde cuando ya la cosa se puso misteriosa. Fue en una entrevista que le volvieron a hacer en un diario local a Ted Litton, en el que el granjero se atrevió a contar lo que realmente había ocurrido.

Según comentó, un buen día se encontró con que a su granja llegó todo un convoy militar en el que venían personal con trajes de protección y soldados armados, que literalmente tomaron su granja.

Cerraron todo el perímetro y le confiscaron la criatura. Además drenaron y vaciaron su estanque, encontrando algo como si fuera una especie de cápsula de protección de huevos, que también se llevaron. Posteriormente descontaminaron toda la zona y le conminaron antes de irse a no volver a hablar del tema, prometiéndole además que le reportarían una buena suma de dinero por su silencio.

Según se cuenta en algunas fuentes también hicieron visitas a los medios locales, de ahí el apagón informativo que sufrió la noticia súbitamente.

Eso hizo que la historia cayera en el olvido como si nunca hubiera pasado, hasta esa nueva entrevista con Litton, que al parecer enfadado por no haber recibido pago alguno, decidió contar lo sucedido.

A grandes rasgos, esa es la historia que, ya en nuestros tiempos y tras ser rescatada, ha ido circulando por ahí como un revelador caso de críptido resucitado.

Sin embargo y como ya conté también a mis amigos, Una serie de investigaciones por parte de reconocidos especialistas en estas materias comenzaron a arrojar muchas sombras sobre el caso.

Para comenzar, el señor Litton parecía realmente difícil de encontrar para contrastar versiones, ni siquiera se hallaron datos sobre su posible fallecimiento.

En cuanto a la mínima población de Lilac, por supuesto entre sus escasos habitantes había gente que estaba al corriente de que dicha historia se ubicaba en su localidad, pero por el contrario no se hallaron auténticos testigos directos o descendientes, del momento y los hechos exactos, ni se pudo ubicar el lugar en que se hallaba la granja original.

Pero hubo un hecho definitivamente revelador cuando consiguieron localizar nada menos que la foto alrededor de la que giraba todo el caso, en una web de una reconocida empresa inglesa de efectos especiales para cine y televisión, Crawley Creatures.

Allí, la foto figuraba como muestra de uno de sus trabajos, con lo que en ese momento quedó claro que toda la historia era una espectacular invención, seguramente creada mucho después de 1971 y para que volara por las redes sociales.

El enlace original de la foto era el que os pongo a continuación como muestra del caso, si bien y dado que esto se descubrió allá por 2014, ese enlace concreto ya no es válido y no lleva a esa foto en particular, aunque os puedo asegurar que yo también la pude ver en su día, como muchos otros.

www.crawley-creatures.com/Gallery.aspx?Job=70

Sí en cambio podéis ver otras muestras de sus trabajos de euriptéridos en el siguiente enlace:

www.crawley-creatures.com/creatures

A veces hay historias fake que están bien elaboradas y desde luego dan por completo el pego, por ello es bueno conseguir descubrirlas para evitar que, por contagio, aquellas que puedan ser auténticas queden también desvirtuadas.

Como siempre digo, el hecho de que haya historias falsas no significa ni mucho menos que todas lo sean.

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