El misterio puede llegar hasta nosotros de no pocas y variadas maneras, casi siempre la mayoría inesperadas, aunque a veces somos nosotros mismos los que pretendemos que asome a nuestra presencia.

Efectivamente hay ocasiones en las que nuestra mente se empeña en llevarnos a territorios inexplorados y se confabula para hacernos creer estar en presencia de algo más de lo que realmente tenemos enfrente.

Es lo que sucede por ejemplo con el curioso fenómeno de las pareidolias. Puede que la palabra os suene como algo extraño, pero seguro que si hablamos de lo que implica la inmensa mayoría diréis, “¡Anda!, pues eso me ha pasado a mí”

Hablamos de esa capacidad que tiene nuestro cerebro en ocasiones para interpretar lo que vemos de forma que estemos convencidos de que “vemos” algo que en realidad no está ahí, lo que en no pocas ocasiones ha acabado dando pie a algún presunto caso paranormal.

¿Quién no se ha llevado alguna vez un buen susto al mirar una prenda de ropa colgada y pensar que ha visto un personaje inquietante?

Seguro también que no pocos habréis identificado una bolsa o paquete lejano en el suelo como un animal, o habréis querido ver siluetas extrañas entre las sombras de los árboles, o qué decir del variadísimo catálogo de cosas, objetos y seres observados, mirando simplemente las nubes.

Ciertamente, como decía, fotos, vídeos y testimonios sobre objetos en el cielo, presencias extrañas o fenómenos paranormales varios, pueden acabar explicándose por una pareidolia oportuna y traviesa.

Por ello, este es otro punto que según el caso conviene tener en cuenta previamente para poder centrar las pesquisas de cara a intentar determinar lo misterioso o no de un hecho concreto.

Como siempre, no digo en absoluto que todos los casos sean así de naturalmente solucionables, pero si quiero destacar que cuantas más posibles causas naturales o bien explicadas seamos capaces de conocer y manejar de antemano, mayores posibilidades tendremos de separar aquellos sucesos que más merezcan nuestra atención, precisamente por no tener una explicación conocida.

Sirva este pequeño ejemplo de las pareidolias, tan aparentemente extraño, pero por otra parte tan habitual en la vida cotidiana, para ilustrar este concepto general y para ilustrarlas a ellas mismas tenéis las imágenes que adornan esta entrada.

Son algunos ejemplos observados en las nubes por todo lo largo y ancho del mundo. En este caso no os las pondré representando ovnis, fantasmas o ángeles, pues como no podía ser menos estando por aquí, he preferido algunas que seguro os recordarán figuras animales, actuales, pasados o de leyenda.

Podéis hacer vuestras interpretaciones con total libertad, puesto que no incluiré ninguna lista de aparentes soluciones. Vuestros ojos os guiarán y lo mismo hasta acabáis viendo algo que nadie más vio.

Etiquetas:

Categorías: InvestigadoresPES