Todos sabemos lo que es una pesadilla, que no es nada agradable y que cuando sufrimos una en nuestros sueños, la sensación al despertarnos no es la mejor del mundo.

Pero quizá lo que no conocíais es que esa misma palabra describe también a un ser aterrador que ciertamente hace honor a ese concepto.

Una criatura que pulula por el inframundo provocando el miedo con su sola presencia, de ahí que su nombre le venga como anillo al dedo.

Se trata de “Pesadilla”, el corcel del infierno. Sería más correcto hablar en realidad de Pesadillas, pues más que de un único ser, se trataría en realidad de algo parecido a una especie, que cuenta con más de un individuo.

Son más grandes y fuertes que un caballo normal, siempre de color negro, con los ojos y las fosas nasales de color rojo brillante y con unas largas crines que en realidad son como ardientes llamas, mientras que para terminar el cuadro, sus cascos son como ascuas ardientes.

Su función principal es la de servir de monturas a las criaturas maléficas de todo tipo que habitan en el inframundo, tarea en la que se muestran fuertes, ágiles e incansables.

Las pesadillas son seres muy inteligentes capaces de comunicarse telepáticamente con sus jinetes y de anticiparse a su estado de ánimo. Son además unos combatientes temibles pues utilizan sus puntiagudos y ardientes cascos con gran habilidad, siendo capaces de exhalar un humo altamente tóxico por sus fosas nasales, lo que les convierte en unos enemigos formidables.

Por si fuera poco son capaces de leer las mentes de sus contrarios, accediendo a sus terrores más profundos para poder utilizarlos en su contra. Cosa que al parecer también hacen cuando nos visitan en sueños, de ahí la relación bidireccional entre su nombre y lo que significa.

Hay textos que cuentan que en origen, las pesadillas fueron seres humanos a los que por sus actos las fuerzas oscuras acabaron dando esa forma para que sirvieran a los seres infernales.

Otra característica de estas criaturas, según cuentan las leyendas, es que no necesitan respirar oxígeno y se alimentan en pocas ocasiones, Cuando lo hacen, únicamente toman una especie de pienso compuesto por unas virutas que son nada menos que de platino.

Si alguien de este mundo, es decir, una persona no perteneciente al plano infernal, quisiera domar a una de estas criaturas, cosa que podría hacerse, aparte de conocer los conjuros adecuados, algo nada fácil, debería disponer también de este particular pienso y saber que con todo y con eso, no debería esperar que el encantamiento le sirviera más allá de dos o tres jornadas y que además, de realizar incorrectamente el proceso se arriesga a sufrir la ira de la pesadilla.

Otra función secundaria que cumplen para los seres oscuros es la de servir de eficaces mensajeros a la hora de llevar noticias importantes entre los malignos, por todo lo largo y ancho del inframundo.

El origen de las pesadillas como entidades y de cómo derivaron a seres hipoformes, no está claramente determinado, pues no existe una fuente clara y fidedigna en los textos antiguos a través de la que se pueda deducir claramente este punto, sin embargo sí es cierto que en casi todas las culturas aparecen arraigadas en el folklore de sus gentes.

En general encontramos que en las principales de la antigüedad, existía su propio demonio nocturno de pesadilla. Por ejemplo, para los griegos eran “efialtes”. Los romanos tenían a sus “incubus”, que oprimían al durmiente haciendo que la faltara el aire.

Con el tiempo, nuestra propia palabra pesadilla, vino precisamente de eso, pues indica la existencia de un demonio que oprime al que duerme con su peso. Por su parte, los alemanes tenían al “alptraum”, que vendría a significar algo como “peso de elfo”.

El término inglés “nightmare” que en inglés antiguo vendría a ser “yegua nocturna”, parece que se popularizó después de que William Shakespeare lo utilizara en varias de sus obras.

Es curioso además que hoy en día, estos seres mitológicos se hayan convertido también en invitados frecuentes en varios populares juegos de rol y cartas, como por ejemplo el conocido “Magic: The Gathering”.

O si buscamos otra imagen icónica, seguro que a todos os han venido a la cabeza los aterradores caballos que montan los no menos aterradores “Nazgûls”, los jinetes infernales que persiguen a Frodo y sus amigos hobbits en “La Comunidad del Anillo” y que al parecer estaban inspirados precisamente en las pesadillas.

Por ello, ya sabéis, la próxima vez que despertéis entre sudores y agitados, quién sabe, puede que una pesadilla os haya visitado haciendo una vez más honor a su nombre.

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