Siguen teniendo su puntito de misterio las extrañas relaciones que a veces se producen entre animales que a priori pudieran parecer potenciales enemigos.

Todavía más si como en el caso que nos ocupa todo se inicia con una inquietante desaparición que hubiera dado pie a pensar que la historia se iba a desarrollar de una manera más trágica.

Sin embargo, esta vez los pronósticos sombríos no se cumplieron y el desenlace dejó con la boca abierta a sus protagonistas humanos y por extensión a los que iban conociendo después lo ocurrido.

Los hechos se produjeron hace como tres años y tuvieron lugar en una frondosa zona salvaje en la canadiense región de Manitoba.

En la zona vive una mujer llamada Rachel Howatt, propietaria de la otra protagonista, una espectacular perra de raza Husky Siberiano, que atiende por “Koda”.

Rachel suele ir a pasear con su perrita por los agrestes parajes cercanos a su casa, disfrutando ambas del bello entorno natural. Alguna vez el animal desaparecía de su vista, pero al rato o alguna vez a las pocas horas, la perra regresaba a casa.

Pero un día, la cosa pareció torcerse, puesto que la perra salió corriendo entre los árboles y Rachel la dejó de ver. En principio siguió paseando despreocupada, pero cuando comenzó a pasar el tiempo sin verla, preocupada empezó a buscarla y llamarla.

No tuvo éxito y volvió sola a casa con la esperanza de que su amiga apareciera en poco tiempo, como había hecho en otras ocasiones. Sin embargo, el día siguiente transcurrió sin que Koda diera señales de vida y lo desasosegante fue que a ese día siguieron algunos más sin que la perra apareciera por ningún lado.

La desesperación de Rachel iba en aumento porque su perra nunca había estado tanto tiempo sola en aquel entorno salvaje y la sensación de que algo realmente malo le había ocurrido comenzó a tomar fuerza en su mente.

Pero por fortuna, pronto pudo respirar aliviada, porque de improviso y cuando la mujer estaba ya barajando opciones de búsqueda, la buena de Koda apareció trotando contenta como si tal cosa. Estaba además en buen estado y no parecía que hubiera sufrido daño alguno.

Feliz por estar de nuevo juntas, Rachel retomó su rutina habitual prometiéndose, eso sí, estar más ojo avizor en sus paseos para intentar prevenir que su perra se alejase demasiado.

Y es entonces cuando surge la parte curiosa de esta historia, porque una mañana, cuando iba a salir de paseo, pudo vislumbrar en la linde del bosque que algo se movía. Entre la vegetación acertó a vislumbrar un hermoso macho de ciervo, que curiosamente también parecía observarles a ellas dos.

Pero la sorpresa de la mujer se tornó en asombro cuando vio como Koda marchaba directamente hacia el ciervo moviendo la cola con alegría, a la vez que al animal salvaje tampoco dio muestras de inquietud alguna por la cercanía del perro.

Tanto es así que desaparecieron en la espesura uno detrás de otro mientras Rachel trataba de alcanzarlos. Cuando llegó, únicamente encontró a Koda y siguieron su paseo sin volver a encontrar rastro del cérvido, aunque ella quedó impactada por el curioso encuentro y el comportamiento de ambos animales.

Lo bueno es que todavía quedaba el episodio definitivo de la historia. Resulta que Rachel tiene un vecino en una casa cercana, llamado Gary Suderman. El buen hombre es un aficionado a los animales y había instalado unas cámaras de foto trampeo en una par de zonas de los alrededores para documentar las apariciones de la fauna salvaje local.

El vecino se acercó a la casa de Rachel para preguntarle si quería ver algo realmente digno de ver que había grabado una de sus cámaras días atrás. Intrigada, ella le siguió a su casa para ver de qué se trataba.

Cuando con una gran sonrisa, Gary le mostró las filmaciones, la mujer con la boca abierta por la sorpresa, comprendió todo.

Porque lo que pudo ver explicaba aquel curioso encuentro con el ciervo salvaje, que por increíble que parezca Rachel estuvo segura de que llegó allí a propósito buscando a Koda.

Y es que las imágenes, grabadas a lo largo de varias horas de intervalo, no dejaban lugar a dudas, Koda y el ciervo, se habían hecho amigos y en aquellos días que la perra estuvo desaparecida, ellos dos jugaron, corrieron, descansaron, e incluso durmieron uno al lado del otro.

Cómo y porqué el cánido y el cérvido salvaje habían entablado el primer contacto y decidido que iban a ser amigos es un completo misterio, pues lo normal es que esos ciervos sean muy tímidos y huidizos y más tratándose de un animal tan asimilable con un enemigo proverbial suyo como el lobo. (Por cierto, si pincháis en la imagen de la izquierda, veréis una secuencia de movimientos).

Gary es de la opinión, según él intuyéndolo en las imágenes, de que quizá el ciervo tenía alguna herida y la perra se acercó en principio con curiosidad y luego al verlo vulnerable decidió acompañarlo, cosa que al animal salvaje agradeció.

No obstante el hombre reconoce que es una teoría, pero lo cierto es que estaba meridianamente claro que ambos animales disfrutaban de su mutua compañía sin recelo alguno y de hecho, una vez conocida la historia, en días posteriores Rachel pudo contemplar algunas veces más a aquel ciervo con el que indefectiblemente su amiga Koda se acercaba a jugar.

Había incluso momentos en aquellas grabaciones en las que se podía ver que Koda no estaba sola con aquel macho, sino que se contemplaban otros ejemplares en su cercanía, que tampoco daban muestras de inquietud.

La perra es desde luego un animal sociable y muy amigable, pero tampoco es demasiado habitual que ellos mismos entablen esas relaciones con animales auténticamente salvajes, habiendo eso sí, otros muchos antecedentes entre especies con animales troquelados o criados por humanos.

Pero como digo, con la premisa de un entorno completamente libre de intervención humana, una relación así es francamente curiosa y no deja de sorprendernos. Lo cierto es que hasta la fecha, Koda ha seguido interactuando con otros animales esporádicamente, según ha podido ir observando Rachel, sin haber mostrado nunca signos de comportamiento depredador o de agresividad, lo que hace que sea una perrita muy especial.

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