Con cierta regularidad saltan a los medios noticias sobre extraños descubrimientos en las playas o riberas de los ríos, que tienen como protagonistas a seres aparentemente imposibles.

Una vez más, eso es lo que ha sucedido hace poco más de un mes, esta vez en tierras británicas y por supuesto nos hemos enterado de ello gracias a la propagación de la noticia por las redes sociales.

El suceso tuvo lugar en la ciudad de Liverpool. Allí, Sean Hall, de 28 años, paseaba tranquilamente una mañana de finales de abril junto a un amigo, por la zona del parque Otterspool, que se encuentra a lo largo de la ribera del río Mersey.

Parque.De improviso, en un recodo del río divisaron algo justo en la orilla. Según cuenta el propio Sean, al pronto le pareció que se trataba de una foca y se acercaron a comprobarlo por si el animal se encontrara en apuros y podían ayudar.

Mas al irse acercando pudieron darse cuenta de que en realidad el animal ya estaba muerto y cuando llegaron a su altura comprobaron que lejos de revelarse como la foca que esperaban, no tenían la menor de idea de qué era lo que habían encontrado.

Ante ellos se hallaba una extraña criatura, o más exactamente sus restos, que ellos no pudieron identificar. Presentaba un cuerpo en forma de torpedo parecido al de focas o delfines, sí, pero sin que por su aspecto se pudiera aventurar a priori su pertenencia a alguno de esos grupos.

Bien es cierto que la posible descomposición del animal podría hacer más difícil su clasificación, pero para los dos amigos no hubo ninguna duda en adjudicarle el apelativo de “monstruo”.

Monst1.Monst2.De esa forma, cuando colgaron en la red algunas fotografías que hicieron a la criatura junto a una petición de ayuda para su identificación, tal apelativo iba en el paquete y rápidamente así voló por la Red, como el “Monstruo de Liverpool”.

A partir de ahí, ya conocemos un poco el proceso que suele acontecer en estos casos. Surgieron todo tipo de interpretaciones incluyendo las más variopintas, acrecentando su popularidad.

Los comentarios que procedían de la comunidad científica, apreciaron en primer lugar el estado aparente del cuerpo del animal que daba la impresión de llevar ya un tiempo considerable muerto.

Cuerpo que hay que destacar también que no se recogió para analizar, por ello se cuentan únicamente con las fotografías de Sean, lo proporciona otro punto de dificultad a las tareas de lograr una identificación correcta.

La Dra. Leonie Robinson, profesora de Biología Marina en la Universidad de Liverpool, estudió esas fotografías pero según sus estimaciones, el cuerpo está demasiado descompuesto habiendo perdido la mayor parte de las características que permitirían una identificación exacta.

Por ejemplo no queda rastro de los ojos, aunque sí parecen quedar de las cuencas donde debieron estar. Del mismo modo se observan vestigios de aletas y un colmillo en su mandíbula inferior de aparente sección cónica.

Marsopa común.Pez rata.En cuanto a la morfología general del cuerpo, los chicos no proporcionaron una información clara sobre referencias o medidas lo que hubiera sido una pista importante, aunque lo que más recuerda su forma es la de la de delfines y sobre todo marsopas, sin descartar tampoco un gran pez tipo macrúrido (Los granaderos, o colas de rata), teniendo en cuenta el mal estado de los restos.

Juntando todo, especialmente el detalle del colmillo, quizá podría tratarse de un ejemplar de Zifio de Cuvier (Ziphius cavirostris), un pariente de las marsopas, de amplia distribución y con el detalle específico de contar con un par de colmillos salientes justo en el extremo de la mandíbula inferior.

Zifio de Cuvier.Todo son especulaciones, aunque desde luego sí parece que en este caso nos encontramos ante los restos de un animal conocido pero complejo de identificar por el mal estado en que se encontraron, pareciendo complicado que se trate de alguna criatura extraña o nueva para la ciencia.

No obstante, lo cierto es que contando únicamente con las fotografías y la escasa información científica proporcionada por los testigos, no se podrá avanzar mucho más y será difícil para el infortunado animal salir de la categoría genérica de monstruo que le han adjudicado.

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