En esta ocasión quiero hablaros de una criatura que según las leyendas podríamos encontrar en tierras sudafricanas.

Como tantas otras veces, tampoco es muy recomendable darse de bruces con ella, pero si sois intrépidos aventureros y viajáis por esa zona quizá os venga bien conocer su historia.

Una que es conocida allí desde tiempos inmemoriales, dicen que próximos a la propia creación del mundo.

Al parecer, por aquel entonces los dioses primigenios estaban muy atareados creando las criaturas que poblarían el recién creado mundo, pero tampoco tenían muy claro cómo proceder y por ello experimentaron.

Fruto de esos experimentos crearon la criatura protagonista de nuestro relato de hoy, el misterioso “Grootslang”, nombre actual este que procede del antiguo dialecto neerlandés de los colonos de la zona y significa “serpiente grande”.

Era este un imponente ser, de enorme tamaño y con una constitución que podría considerarse una mezcla entre un elefante y una serpiente. En principio parecía una criatura magnífica.

El problema vino cuando los dioses se dieron cuenta de que su creación les había salido, aparte de con una fuerza descomunal, sumamente inteligente y astuta.

Por ello pensaron que podía romper el frágil equilibrio que estaban creando en el incipiente mundo y asustados decidieron desandar lo andado, partiendo el grootslang en dos seres diferentes.

Cuentan las leyendas que de esa acción vinieron a nacer los que a la postre se convertirían en los elefantes y las serpientes actuales.

Sin embargo, uno de los grootslangs originales logro escabullirse y ocultarse en unas cuevas escapando a su destrucción y convirtiéndose después en el origen del linaje de todos los grootslangs posteriores.

En la actualidad y si seguimos lo que nos cuentan las leyendas antiguas de los habitantes de la zona, su hábitat y refugio se halla en una cadena de cuevas semiocultas en el interior del parque natural de Richtersveld, que se extiende por una zona semidesértica montañosa ubicada en el noroeste sudafricano.

Sus hábitos alimenticios son tan peculiares como la propia criatura, pues se dice que se alimenta nada menos que de elefantes, a los que atrae hasta su cueva para poder capturarlos.

Su sistema de cuevas parece tener conexión lejana con el mar, hasta donde llega a veces, pudiendo también acercarse a algún río o lago, pues no le disgusta el contacto con el agua.

Otra particularidad nada desdeñable de las cuevas en las que habita es que al parecer tienen una cantidad importante de diamantes, que el ser gusta de conservar y atesorar. Esa parte de la leyenda ha alimentado la curiosidad de algunos, pero la posibilidad de tener un encuentro no deseado, ha hecho que tampoco muchos se aventuren a probar fortuna en esos inhóspitos rincones.

Ha habido además diversos testimonios de avistamientos e incidentes con animales a lo largo del tiempo, que si bien podrían explicarse mediante especies más comunes como hipopótamos, cocodrilos o pitones, no han hecho en realidad sino alimentar la leyenda del grootslang.

Como sucedió por ejemplo en 1917 cuando un grupo precisamente de buscadores de diamantes capitaneado por el magnate inglés Peter Grayson, despareció al completo tras ser atacada por animales indeterminados. Aunque se pensó que lo más probable es que los causantes fueran una manada nómada de leones, lo cierto es que para la rumorología local fueron víctimas del grootslang.

O en 1920 cuando una expedición de exploración en la que iba el escritor británico Frederick Carruthers Cornell,  avistó en el río Orange a un gran ser con aspecto serpentiforme nadando aguas abajo

Ya en noviembre de 1947, fue también visto un enorme ser que los testigos describieron como algo parecido a un gran cocodrilo, emergiendo de la boca de una cueva cerca de una mina abandonada en Kimberley, localidad que dio nombre a la kimberlita, el mineral que aparece asociado a la mayoría de los yacimientos diamantíferos sudafricanos.

También entre noviembre de 1963 y febrero de 1964, hubo algunos confusos testimonios de personas diferentes que hablaron de haber visto un extraño ser en las aguas o la ribera de la presa de Vaal. Las descripciones coincidían en algo estilo Ness. Obviamente esos avistamientos fueron también asociados al grootslang.

Incluso en las pinturas rupestres de las cuevas de algunos otros enclaves del país, como por ejemplo las de Cathedral Peak, Brakfontein o Rockwood Glen, se pueden encontrar grabados que bien podrían asociarse con la misteriosa criatura, lo que evidencia que se encuentra asociada al acervo cultural de los habitantes de la zona desde tiempos inmemoriales.

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