¡Pues sí! Este humilde blog ha llegado a las 250 entradas.

Eso no hubiera sido posible sin el ánimo que me transmitís los que seguís pasando ratitos curioseando por las historias de MISTERIO ANIMAL, muchos incluso aportándome comentarios, ideas o sugerencias.

Por ello, para celebrar un número tan redondo, hoy quiero traeros un pequeño relato sobre un hecho curioso de mi propia experiencia personal.

En realidad, más que con mucha literatura, se trata de algo que veréis mejor con unas cuantas imágenes, pero para poneros en situación, primero permitidme que me remita a una entrada anterior de este mismo blog que desde ya os recomiendo paséis a refrescar antes de continuar, a través del siguiente enlace:

https://www.misterioanimal.com/los-rods-volantes/

¿Refrescada la memoria? Bien, pues entonces sigamos adelante. Esto que os cuento es bastante reciente pues me sucedió hace apenas cuatro meses.

En una pequeña excursión familiar a un bonito y singular paraje de la cornisa cantábrica española, como cualquier hijo de vecino hice las consabidas y habituales fotos y vídeos para inmortalizar la ocasión.

Y para cumplir la norma, descubrí algo inusual a posteriori y de una manera completamente involuntaria y tan prosaica como estar revisando un fragmento de vídeo intentando identificar la especie de unos renacuajos que había filmado.

Fue entonces cuando me fije en algo que me había pasado completamente desapercibido y que por supuesto en absoluto recordaba que me hubiera llamado la atención al hacer la toma.

Dado que sois gente avispada, seguro que os habrá venido a la mente de inmediato la entrada que os pedí repasar y por tanto ya habréis adivinado que lo que observé tiene bastante que ver con ello.

En esa ocasión os presentaba a unos misteriosos invitados de algunas filmaciones, que hasta la fecha no han podido ser convenientemente identificados ni explicados, los denominados “rods”.

Unos esquivos y extraños entes voladores, aparentemente alguna clase de ser vivo, con el aspecto de insectos palo aéreos y con singulares extensiones de tipo helicoidal.

Parece que son más dados a aparecer en zonas cercanas a fuentes de agua, como ríos o lagos y hasta el momento se desconoce casi todo sobre ellos, como ya contaba entonces.

Concretando sobre lo que yo vi, podéis creerme cuando digo que estoy bastante familiarizado con la observación de todo tipo de insectos, por supuesto también voladores, y soy capaz de identificar muchos de ellos, por su morfología, tamaño o incluso características de vuelo.

Por ello, lo que yo os puedo asegurar a la vista de mis propias imágenes, ya que recordad que en el directo no me percaté de nada, es que la forma de comportarse, el estilo de vuelo, la aparente morfología y la velocidad que alguno parecía alcanzar, no se asemeja a ninguna especie que recuerde.

De hecho cuando detecté algo extraño fue en un momento que repasaba las imágenes a cámara lenta buscando un instante bueno para ver con claridad a esos renacuajos de los que os hablaba. Probablemente si simplemente hubiera repasado las imágenes a velocidad normal, hubiera seguido sin detectar nada.

Ya entonces, al ver algo raro, fue cuando me puse a repasar todo casi frame a frame y entonces pude darme cuenta de que había varios posibles rods que aparecían y desparecían de cuadro a gran velocidad.

A continuación podréis ver una galería de cuadros fijos sacados del vídeo, con los que tendréis ocasión de juzgar vosotros mismos. Dado que en ese vídeo aparecen familiares míos, me vais a disculpar que este caso no lo incluya en sí mismo y que tampoco suba algunos otros frames que he extraído, pero creo que la muestra os parecerá igualmente interesante.

Sí os digo, que todas las imágenes fijas que vienen a continuación pertenecen a un fragmento que viene a durar poco más de dos segundos y además estaba moviendo la cámara para llegar a enfocar a otro sitio con más renacuajos, por ello el fondo aparece borroso, debido precisamente a ese movimiento brusco.

Curiosamente veréis que esos posibles rods sí aparecen enfocados, lo que indicaría que se movían a una velocidad relativa similar a mi brusco movimiento de cámara. Por allí había, que esos sí eran perceptibles, otros tipos de insectos habituales, pero en ningún cuadro me apareció alguno nítidamente expuesto.

Hacia las últimas imágenes veréis uno que atraviesa la zona de filmación de derecha a izquierda cuando yo casi ya había parado mi movimiento. Es sin duda el más espectacular y en reproducción normal os puedo asegurar que por la velocidad con la que pasa, resulta casi imperceptible (Imágenes de la 17 a la 22).

Por supuesto os aseguro también que las imágenes no están retocadas o tratadas digitalmente en modo alguno, excepto para su extracción individualizada del vídeo y por el remarcado en amarillo que he colocado para que destaquen mejor los rods en cuestión.

Mirad vosotros mismos y como siempre sacad vuestras propias conclusiones sobre qué es lo que aparece en esos, como decía, escasos dos segundos.

Por mi parte tengo intención de volver pronto a ese rincón y probar suerte de nuevo, esta vez en la espera de conseguir alguna muestra mejor. Si eso sucediera, por supuesto será tema de una futura entrada.

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