Es noticia de actualidad en estos días un suceso realmente misterioso que todavía no sabemos hacia que desenlace se dirigirá.

Digo esto, porque de no mediar nuevas informaciones, los hechos siguen sucediendo aunque los datos no fluyen con toda la agilidad que sería deseable, en parte por la remota ubicación de la fuente de los mismos y en parte también por la opacidad típica de esa zona del mundo.

Lo cierto es que la situación mantiene desconcertados a quienes la conocen y en la comunidad científica se han aprestado a interpretarlos en busca de la clave.

Seguro que los que a tenor de estos párrafos no estéis ya orientados os estaréis preguntando de qué demonios hablo. Pues bien, os presentaré lo que se conoce hasta ahora de este caso.

Todo está teniendo lugar en una remota granja campestre de ganado situada en la localidad de Baoutou, dentro de una inhóspita zona de la Mongolia china y ha sido la propietaria de la misma, una mujer apellidada Miao, la que ha dado a conocer los hechos subiendo una grabación a las redes.

Según cuenta, en sus instalaciones cuenta con 34 estabulaciones o corrales en los que hay otros tantos rebaños de ganado, principalmente ovino.

Para abrir boca, ya podemos hablar de un primer detalle curioso, puesto que el misterio afecta únicamente a uno de esos corrales, en concreto y precisamente, el número 13.

En este la mujer tiene ovejas, que se comportaban como todas las demás hasta el pasado 4 de noviembre, cuando todo cambió.

La cosa es que algunos individuos comenzaron a andar en círculo dentro del corral. No tardaron en sumarse otros ejemplares y pronto todo el rebaño estaba andando sin parar haciendo un círculo perfecto que dejaba libre el centro del espacio.

Comenzaron así a dar vueltas y más vueltas un día tras otro sin descanso. Cuando la mujer subió una grabación en un intento por dar a conocer lo que ocurría y buscar ayuda, pues ella, con toda su experiencia de años no tenía explicación para lo que estaba observando, llevaban ya más de 10 días seguidos caminando sin pausa.

“People’s Daily China”, la agencia de noticias y medios, publicó el vídeo y lo extraño del suceso pronto hizo que la noticia se propagara por todo el mundo y surgieran las posibles explicaciones. (Al final de la entrada tenéis el enlace).

Aparte de lo hipnótico que resulta ver a las ovejas haciendo círculos sin parar, no faltan otros detalles curiosos, como por ejemplo, el hecho observado por la mujer de que cuando una oveja llegaba a salirse de la formación y quedaba en el centro de la misma, se quedaba completamente inmóvil como si fuera una estatua y únicamente recuperaba los movimientos al volver al grupo cuando alguna otra la rozaba al pasar.

También era extraño el hecho de que en ningún otro de los 34 corrales estuviera sucediendo nada mínimamente fuera de lo normal.

Para los científicos, la primera conclusión es que la responsable pudiera ser la bacteria causante de la listeriosis, enfermedad cerebral cuyas consecuencias son precisamente la pérdida de unos movimientos fluidos y equilibrados con desorientación, lo que podría cuadrar con ese desplazarse siempre en una misma dirección y sin poder mantener la línea recta.

Sin embargo hay dos detalles que ponen en jaque esa teoría. El primero es que otros animales de los corrales adyacentes no se hubieran contagiado también, siendo una bacteria muy transmisible. Aparte, la propia dueña descarta que sus animales estén enfermos en modo alguno.

El segundo es si cabe más determinante, puesto que esa enfermedad es casi siempre mortal en muy pocos días, a lo sumo una semana, pero en todo el peregrinar, resulta que todavía no se han registrado bajas entre los ejemplares del rebaño.

No faltan tampoco teorías de extraños puntos energéticos o influencias ultraterrenales que, por así decirlo, puedan haber tomado control de los animales, pero que se sepa nadie ha entrado en el corral a tomar muestras o hacer medición alguna.

Desde Rusia, ha llegado también un aporte interesante en el sentido de que unos naturalistas observaron una vez una situación parecida en un rebaño de renos salvajes, a los que visualizaron moviéndose en círculos igual, aunque no hay más referencias del tiempo que estuvieron ni qué pasó después. Tenéis junto a estas líneas una foto que ha trascendido de aquel suceso.

En cuanto a la granja mongola, no han surgido novedades. Todos sabemos que China no es precisamente el paraíso de la información rápida y objetiva y si añadimos lo remoto del lugar, debemos seguir a la espera de algún nuevo dato que se filtre y arroje más luz sobre este misterio que de momento sigue presentándose bastante oscuro, aunque sus protagonistas sean blancas.

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