Si nos pidieran que citáramos sitios en los que pudieran darse fenómenos extraños relacionados con animales, parece normal que tengamos en cuenta aquellos en los que nuestros amigos sean especialmente protagonistas.

Y si se trata de pensar en lugares con esas características, seguro que a muchos de nosotros nos podría venir a la cabeza un zoológico.

Por tanto, la inevitable pregunta que surge es ¿Son los zoos lugares propensos a ese tipo de fenómenos?

La respuesta parece que tira más hacia el sí. De hecho son tan propicios a las historias extrañas tanto como pueda serlo cualquier otro lugar.

Si hablamos de parques zoológicos con leyenda, aparecen algunos en los que la fenomenología recuerda a la que sucede en muchos de los más reconocidos lugares de los denominados encantados.

Desde apariciones fantasmales, a puertas que se abren y cierran o luces que se encienden y apagan, pasando por ruidos extraños de todo tipo, la casuística es curiosa en determinados de estos espacios de exhibición animal.

Pero lo interesante del tema es que, como guinda del pastel, en algunos de estos últimos se añaden además fenómenos que tienen que ver con animales, proporcionando al conjunto un toque diferenciador adicional.

En MISTERIO ANIMAL ya hemos hablado en alguna ocasión sobre el particular, contando la historia de alguno de los más famosos zoos en este aspecto. (https://www.misterioanimal.com/fantasmas-en-el-zoo/)

Hoy os traigo el caso de otro de estos recintos que sin duda tiene un lugar de honor en este particular ranking, me refiero al Alexandria Zoological Park.

Se encuentra ubicado en el 3.016 de la Masonic Drive, en la localidad de Alexandria, perteneciente al sureño estado de Louisiana.

Inició su actividad en 1926, con unas pocas jaulas dentro de los terrenos del conocido como Bringhurst Park, que en principio tenían sobre todo animales de granja.

Fue aumentando su tamaño progresivamente con el paso de los años, si bien tampoco es que llegara a despuntar entre los zoos de primer nivel, hasta el punto de que a finales de la década de 1960 el gobierno federal se planteó su cierre.

Los habitantes de la localidad reaccionaron y crearon el club de amigos del zoo de Alexandria, con el fin de revitalizarlo y actualizar las instalaciones para adecuarse a los tiempos.

Lograron evitar su cierre y poco a poco fueron consiguiendo que el recinto mejorara. Sin embargo, el gran salto se produciría en 1974 cuando pusieron al frente del zoo al que sería su alma mater y gran impulsor, el señor Robert Leslie ‘Les’ Whitt, que además sería a la postre también determinante a la hora de llegar a los fenómenos extraños.

Bajo su batuta, el Alexandria Zoological Park fue adquiriendo notoriedad y fama internacional con el paso de los años, mejorando sus instalaciones y asentando el formato hoy en día tan en boga en estos recintos, de dividirse en hábitats.

Se hizo rápidamente famoso, por ejemplo, el dedicado a la zona local pantanosa de Louisiana, flora y fauna, que Robert tuvo el buen ojo de preparar y por el que todavía hoy en día se identifica al parque.

El prestigio del zoo y del propio Robert, fueron aumentando con las décadas hasta el año 2008, en el que desgraciadamente se produjo el fallecimiento del señor Whitt, que conmocionó al mundillo de los parques zoológicos.

La gran pérdida que supuso para todos la ausencia de Robert, no impidió sin embargo que su equipo continuara su labor hasta la actualidad, en que el zoo cuenta con más de 500 ejemplares de muy diversas especies, participando también en labores de conservación animal.

Pero lo que en su día fue por una parte el final de una gran historia de superación y éxito tras un duro trabajo, resultó también y contra todo pronóstico, el inicio de otra con la que nadie contaba.

Porque a partir de ese año 2008, algunos visitantes y empleados comenzaron a reportar testimonios sobre fenómenos que no eran nada habituales y con el paso de los años, fueron siendo más numerosos.

Desde entonces han sido varias las personas que han podido ver una presencia que les salía al paso en determinados lugares del recinto y que se ha asociado al propio Robert Whitt. Algunos otros han sentido como les soplaban en los oídos e incluso se ha llegado a reportar que un par de personas oyeron una voz que les decía que era Robert, que no había muerto y que seguía allí.

También se han oído una amplia variedad de ruidos extraños, como zumbidos, golpes secos o crujidos, en momentos en los que aparentemente no había nada para producirlos.

Los fenómenos no hacen distinción entre empleados y visitantes, pues los testigos se dan entre unos y otros, lo que también atrae personas que van en busca de experiencias extrañas y que según dicen, han podido grabar también algunas psicofonías.

Por si fuera poco, también los animales se ven involucrados en este entramado, porque por ejemplo, en no pocas ocasiones, ha habido personas que han dicho ver cómo algunos, especialmente los monos y algunos grandes felinos, pasan de estar tranquilos a súbitamente ponerse a correr o a dar saltos como si algo los hubiera asustado de repente y lo persiguieran o huyeran de ello.

Dice la gente del zoo que quizá sea el propio Robert, ya que tenía un reconocido carácter bromista y pudiera seguir queriendo hacer un poco de las suyas desde el otro lado y continuar jugando con los que consideraba sus amigos animales.

Otros testigos han salido extrañados del zoo tras haber visitado la zona de granja y decir haber oído con claridad sonidos inconfundibles de leones o lobos dentro de los recintos de conejos o ciervos, nada dados a aullar o rugir.

De la misma manera que algunos otros se han visto intimidados por gruñidos que parecían indicar que un gran depredador les estaba siguiendo por uno de los senderos interiores, sin que por supuesto llegaran a ver nada capaz de producir esos amenazadores sonidos.

Al final, todas estas particularidades no han disminuido un ápice la actual fama y afluencia de visitantes del Alexandria Zoological Park, si acaso le han dado un punto extra.

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