Los insondables océanos, el agua que cubre casi las tres cuartas partes de nuestro planeta, ofrecen mil y un rincones tan desconocidos e inexplorados como puedan ser los del espacio sideral.

No es de extrañar que ante eso sean innumerables las leyendas e historias sobre seres que los habitan y que escaparían a nuestra comprensión.

En el caso que nos ocupa, esta historia concreta tiene como protagonista a un animal que ya por sí mismo es probablemente uno de los que más ha colaborado en la creación de todo tipo de relatos, de terror, la mayor parte de las veces.

Se trata ni más ni menos que del tiburón. Pero encima no uno cualquiera, sino el más grande que haya existido jamás.

Nos desplazaremos a la región de Baja California, que ya se encuentra dentro de México. Desde hace mucho tiempo, en sus costas existe una aterradora leyenda que los pescadores han ido relatando de generación en generación.

Según la misma, bajo las aguas pulula una horripilante criatura que es conocida como el “Demonio Negro”.

Si nos atenemos a las descripciones, lo que nada por allí podría ser nada menos que un megalodon, pues es descrito con la silueta de un tiburón pero de un tamaño descomunal incluso para un tiburón blanco.

Para terminar de redondear el cuadro, se dice que es de color muy oscuro, casi negro, lo que confiere a su gigantesca silueta bajo el agua el decidido aspecto de algo demoníaco.

No es de extrañar por tanto, el nombre con el que ha causado pavor en incontables generaciones de pescadores y lugareños.

El Megalodon o Megalodonte (Carcharodon Megalodon) fue un tiburón que habitó las aguas tropicales de todo el mundo en la era Cenozoica, eso es aproximadamente entre 28 y 1,5 millones de años a.C.

Se estima que podría haber alcanzado un tamaño máximo de 30 metros de largo, con dientes tan grandes como la mano de un hombre adulto, alimentándose de cetáceos prehistóricos y otros tiburones, principalmente.

Se cree desapareció hace unos 1,5 millones de años al enfriarse sustancialmente las aguas y desaparecer la mayor parte de las especies de las que se alimentaba. Pero no faltan quienes sostienen que este colosal tiburón podría seguir existiendo en las aguas más profundas y abismos como la fosa de las Marianas.

En cuanto a las aguas de Baja California, no son nada raros allí los tiburones y por ejemplo en el Mar de Cortés, fue capturado en el año 2010 un enorme tiburón blanco de 7 metros de longitud.

Sin embargo, ni siquiera ejemplares así explican los sucesos reportados a lo largo de las décadas, pues se han narrado casos de botes y embarcaciones de mayor calado que han sido zarandeadas o incluso hundidas por algo mucho mayor.

Hay también testimonios de pescadores que han logrado sobrevivir a encuentros con la bestia y cuyas descripciones ponen los pelos de punta pues hablaban de una una inmensa sombra bajo el agua, que cuando llega a la superficie y saca la cabeza fuera del agua, permite contemplar una gigantesca boca con inmensos dientes aserrados, mucho más numerosos de los que tendría un tiburón normal. Además, su cola es también mucho más larga y fuerte pudiendo partir un bote en dos.

Por descontado, se habla también de que muchos otros no vivieron para contar sus encuentros y se considera al Demonio Negro responsable de no pocas desapariciones de pescadores en la zona.

De la misma forma, se piensa que está tras las apariciones de tarde en tarde de restos de ballenas y otros animales marinos, que aparecen horriblemente mutilados sin que se pueda determinar con exactitud el predador que ha causado tales daños.

No han faltado los intentos de dar caza o al menos descubrir a semejante ser, pero hasta el momento ninguna expedición ni partida ha conseguido resultado alguno. Hasta el popular programa norteamericano Monsterquest estuvo realizando una investigación en el área, sin tampoco conseguir ningún documento gráfico de la criatura.

No obstante, existen testimonios desconcertantes que parecen apuntar a la existencia de algún miembro de la familia de los tiburones hasta ahora desconocido, que destaca por un tamaño mayor que lo admitido hasta ahora.

Por ejemplo, el novelista Zane Grey, manifestó haberse encontrado a un descomunal tiburón en el Pacífico, de más de 15 metros de largo y de color verde amarillento. Contó que tenía grandes aletas pectorales y una enorme cabeza casi cuadrada. Se da la circunstancia de que el escritor era también un gran pescador, por lo que pudo asegurar que desde luego lo que él vio no era ninguna especie de tiburón normal.

Incluso se han hecho hallazgos de evidencias, dientes fósiles en este caso, que han mostrado una antigüedad que no cuadra con lo que se sabía hasta ahora.

Eso sucedió por ejemplo, en 1875, cuando el HMS Challenger extrajo algunos usando redes en sedimentos de agua profunda. Los dientes revelaron tener una edad de entre 10.000 a 14.000 años de acuerdo con las pruebas de carbono. Si esas dataciones eran correctas, podría querer decir que los megalodones habrían sobrevivido mucho más tiempo del que se pensaba.

Lo que no cabe duda es que el mito sigue más vivo que nunca, de hecho se acaba de estrenar una película, “Black Demon”, basada en la leyenda y en la más pura línea de las superproducciones americanas.

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