Cierto es que en muchas ocasiones el misterio aparece en los momentos más insospechados o cotidianos, en los que difícilmente lo esperaríamos.

No menos sorprendente es en ocasiones, no el momento en sí, sino la forma en la que el misterio se manifiesta llegando a nosotros.

Algo así se conjuró para producir los hechos que dieron lugar a la historia que os cuento hoy, que sin duda os dejará con la boca abierta, aunque quizá no como esperabais.

Para situarnos, nos ubicaremos en la ciudad polaca de Cracovia. Este suceso ocurrió hace poco más de tres meses y ha llegado a hacerse viral, por su nada habitual “protagonista”.

Todo comenzó de una manera que hacía intuir algo alarmante, pues el desencadenante fue una llamada que una residente de la localidad realizó al servicio de emergencias pidiendo hablar con la policía.

Según relato la asustada mujer al operador, frente al balcón de su casa hay un árbol y entre sus ramas había podido ver que había aparecido un extraño ser de color marrón que ella no lograba identificar con ningún animal conocido.

Lo había visto por primera vez dos días atrás, pero en un principio tampoco le dio excesiva importancia, pensando que tal como había aparecido se iría en poco tiempo. Sin embargo, las horas fueron pasando y la criatura se mantuvo en la misma posición sin dar ningún indicio de movimiento.

La mujer comenzó a asustarse y cuando ya a los dos días se decidió a llamar a emergencias, les confesó que incluso ni siquiera se había atrevido a abrir su balcón para ventilar el salón o para asomarse a mirar la calle, como hacía a diario, por miedo a que el ser saltase y se colase en el interior de su vivienda.

Requerida para dar una descripción mejor de lo que tenía frente a ella, la mujer tampoco fue capaz de dar muchos detalles específicos que permitieran determinar mejor qué podían esperar los servicios de emergencia al llegar.

Pero habida cuenta de que la mujer parecía realmente asustada y lo extraño del caso, se desplazaron hacia su casa unas patrullas policiales, que además habían contactado con sus compañeros del Servicio de bienestar animal de la ciudad, pues solían ayudarles en casos de rescates callejeros, sin saber, eso sí, qué tipo de animal iban a hallar y si podría representar algún peligro.

Por el camino, la gente del Servicio estuvo hablando también con la señora intentando obtener más pistas y tranquilizándola un poco, en el sentido de que si realmente la criatura llevaba dos días sin moverse lo más mínimo, probablemente estuviera muerta y no representase ninguna amenaza.

Todos pensaban en algún gato accidentado o quizá una iguana que se hubiera escapado, aunque el frío que hacía entonces en la ciudad hacía difícil pensar en que la segunda hubiera podido resistir.

De todas formas, las descripciones de la mujer de algo como con forma de gigantesca larva o crisálida sin una forma clara aparente, les mantenía en ascuas.

No me negaréis que a estas alturas os podrá un poco la intriga por saber qué demonios se había colocado entre las ramas del árbol, ¿Verdad? Pues tranquilos que ahora viene lo mejor.

Por fin, los miembros de la policía y la protectora llegaron al lugar, haciendo un perímetro alrededor del portal y levantando todos sus miradas hacia el árbol y su misterioso visitante.

Lo que vieron les dejó estupefactos y boquiabiertos. Tanto que subieron al piso de la señora para poder ver el objetivo más de cerca y comprobar sus primeras estimaciones. Cuando lo hicieron ya no les quedó duda alguna, se enfrentaban al caso más surrealista de sus carreras.

¿Y por qué digo esto? Pues porque el misterioso monstruo aterrador no era ni más ni menos que ¡Atención!…

¡¡¡Un croissant!!!

No, no es ninguna errata ni os estoy gastando una broma. La criatura del árbol era un bollo, un croissant, de un tamaño mayor de lo normal, eso sí, pero una pieza de bollería al fin y al cabo.

Se cree que se le pudo caer a algún vecino o alguien lo tiró hacia arriba desde la calle quizá con la intención de dar de comer a los pájaros y se quedó enganchado entre las ramas.

En cualquier caso, el misterio quedó resuelto sin derramamiento de sangre y la buena señora pudo respirar de nuevo tranquila.

Fueron los propios miembros del Servicio de bienestar animal de Cracovia, los que ante lo desternillante del caso publicaron los datos en su perfil social de Facebook, saltando desde allí a todas partes, pues no se topa uno a menudo con un croissant que se dedique a asustar a las señoras.

Como colofón, os dejó el post original de Cracovia, en el que podréis ver al que seguramente se haya convertido en el croissant más famoso de la historia.

Nota complementaria: En un primer momento iba a haber titulado esta entrada con algo más sugerente del estilo de “El monstruo bollo” o “Un monstruo muy dulce”, pero luego pensé que ante lectores tan sagaces como vosotros sería anticiparos un “spoiler” en toda regla, por lo que finalmente la titulé como ha quedado, intentando mantener un poco la intriga previa y que la sorpresa fuera mayor. A veces, también en el misterio se puede encontrar el humor.

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