Hace pocas fechas tocábamos el tema de cómo nuestra mente puede confundirnos en ocasiones, recordad la entrada sobre las pareidolias (www.misterioanimal.com/curiosas-pareidolias/).

Os traigo ahora otro curioso ejemplo que a pesar de tener una explicación coherente no deja de tener un puntito de misterio que lo hace llamativo.

Los hechos tuvieron lugar allá por 2018, en un cementerio de la norteamericana localidad de Maine, de unos 6.000 habitantes y ubicada en el estado de Nueva York.

En un cementerio de la localidad, un hombre llamado Lucas Farrar, tuvo una inesperada visión que logró captar en vídeo mientras hacía una excursión por la zona.

Tanto le impactó lo observado que decidió subirlo a su canal de Youtube, en el que cuenta con algo más de 4.000 suscriptores, por ello tampoco se había convertido en un vídeo viral.

Al parecer, el citado cementerio cuenta con una zona para mascotas y paseando por los alrededores, a Lucas le llamó la atención la silueta de un perro parado un poco más adelante aparentemente sobre una lápida.

Lo observó unos instantes en principio pensando que estaba con alguien, pero no vio persona alguna por allí. Creyó entonces que podía ser un perro callejero, pero le llamó la atención su absoluta inmovilidad, por lo que al cabo de un par de minutos así y dado el lugar en el que estaba, se puso a filmarlo al surgirle en la cabeza la idea de que quizá estaba observando un perro fantasma.

Realmente parecía indudable que ahí estaba ese animal inmóvil y misterioso, por lo que comenzó a acercarse mientras grababa, sin que el can se esfumase o se moviera lo más mínimo.

Mas, cuando ya estaba muy cerca, una nueva realidad tomó forma de manera inesperada y pudo ver con claridad que lo que había tomado por un perrito no era más que una ilusión óptica formada por unas flores secas que había en la tumba y que había contemplado desde una distancia y un ángulo increíblemente precisos como para formar esa pareidolia.

Al llegar justo al lugar la cosa quedaba meridianamente clara y el hombre grabó la lápida del perrillo, que resultó llamarse “Kosmo” y haber tenido una vida de unos apreciables 18 años.

Desde luego sus dueños lo querían pues habían grabado la frase “El mejor perro mascota del mundo entero”.

Incluso el mismo Lucas tuvo su recuerdo para él en el comentario de su propio vídeo cuando le dice que no le llegó a conocer pero hizo su día más interesante.

Al finalizar, retrocede de nuevo por el mismo camino para que podamos ver una vez más cómo se forma la imagen del perro en la distancia.

Hasta aquí la historia, curiosa pero evidentemente de explicación clara. Aunque al principio yo os hablaba de que no obstante tenía su puntito misterioso.

Y esto es así por un pequeño detalle en el que no sé si habríais caído. Me refiero al perrito, al bueno de Kosmo.

Si os fijáis en la figura esculpida en la lápida, habréis de convenir en que es realmente similar a la silueta perruna que se parecía ver en la distancia.

Quiero decir, si el perro hubiera sido un pastor alemán, un bóxer, en fin, otra raza muy diferente al presunto “perro fantasma”, o viceversa… Pero da la casualidad que el perro que formaban las flores era idéntico al original.

O sea, pensemos, Lucas, para tener esa ilusión concreta, tuvo que aparecer desde unas determinadas a la vez que muy precisas, posición y distancia. Y además resulta que el animal que le pareció ver, sin tener idea de nada, resultó ser un fiel reflejo del original. Desde luego no me negaréis que tal cúmulo de casualidades combinadas resulta muy curioso y un poco misterioso.

Pensadlo vosotros mientras veis el vídeo a continuación.

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