La noticia que recojo hoy ciertamente produce impresión. Incluso debo advertiros que las imágenes que la acompañan resultan algo duras, pero es un incidente que ha circulado estos días rápidamente.

Como en tantas otras ocasiones, una cámara de seguridad fue la testigo principal del suceso en el momento exacto, lo que ha permitido conocerlo prácticamente en directo.

Los hechos han tenido lugar en el área mexicana de Chihuahua, en concreto en el municipio de Cuauhtémoc y el protagonista involuntario ha sido una humilde avecilla muy conocida por la zona, el tordo de cabeza amarilla (Xanthocephalus xanthocephalus).

Esta ave es migratoria y durante el invierno se establece por tierras mexicanas, para no sufrir el frío de las zonas de Norteamérica en las que anida en primavera.

Forma grandes bandos y ha sido precisamente uno de ellos el que ha asombrado a todos en las imágenes de la cámara.

Lo que se puede ver es como las aves vuelan por las proximidades y de repente, sin previo aviso, el bando parece desplomarse en masa contra el suelo, en unos segundos que ciertamente impresionan.

Posteriormente se ve que no pocos de los tordos son capaces de volver a remontar el vuelo, pero lamentablemente hubo varias decenas de ellos que no sobrevivieron.

Ante tan impactantes imágenes, no han tardado en surgir diversas explicaciones y vaya por delante que tampoco ha sido este el primer caso en que alguna bandada de aves ha sufrido accidentes múltiples, pero no recuerdo ninguno que haya sido filmado tan en directo.

Hasta que se publiquen resultados de los análisis de aves recogidas en la zona, en principio se habló de que los tordos podían haber inhalado algún gas tóxico procedente de las zonas industriales de los alrededores, que las hubiera atontado momentáneamente con los fatales resultados observados.

También se sospechó que una parte de la bandada pudiera haber tocado cables de alta tensión y que la electricidad se hubiera transmitido por las demás, haciéndolas caer.

Y como otra opción se barajó que quizá las aves intentaran huir del ataque de algún depredador como los halcones, que se lanzan en picado contra las bandadas y provocan el movimiento de huida simultáneo que ese sí ha sido filmado en multitud de ocasiones.

En este caso, pudiera ser que el ataque viniera en vertical desde arriba y por ello los tordos hicieran ese movimiento sincronizado brusco hacia abajo. Lo que pasa es que al no estar en cielo abierto, sino tan cerca de edificios y el suelo, las aves más en los extremos del bando no pudieran evitar estrellarse contra el suelo.

Sí es cierto que los tordos dan la impresión de descender todavía aleteando y no simplemente desplomándose sin más, lo que pudiera cuadrar quizá con la hipótesis de un fatal accidente por evitar un depredador, pero como decía, hasta que no hubiera un análisis más exhaustivo no podría determinarse con certeza la causa del trágico vuelo de los tordos de cabeza amarilla.

Para que podáis también haceros vuestra opinión y recordando de nuevo que las imágenes tienen su dureza, os adjunto ahora el vídeo en cuestión, en este caso con el montaje de un canal de noticias mexicano que daba cuenta del incidente.

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