Tal como estábamos viendo en la anterior entrada de MISTERIO ANIMAL, los animales son susceptibles de acabar poseídos por alguna entidad maléfica a pesar de que se pudiera pensar que esos casos se daban únicamente con seres humanos.

Sin embargo no siempre es así y cuando sucede algo tan inusual y a la vez tan fuera de nuestra esfera de influencia cotidiana y nuestro entendimiento lógico, no está de más hacer una relación de pequeños detalles sobre los que estar atentos, pues podrían darnos alguna pista para determinar a qué nos enfrentamos.

Además llegado un caso tan extremo como una posesión, será importante reaccionar cuanto antes y adoptar las medidas que se hagan necesarias para minimizar los daños que se puedan producir y finalmente poner sacar fuera de nuestro entorno al ente que se presentó sin haber sido invitado.

Para empezar nunca está de más y puede ser importante, hacer un poco de labor preventiva por más escépticos que seamos, pues esa labor no nos va a suponer grandes sacrificios y quién sabe si a cambio pueda evitar que nos veamos enfrentados a lo desconocido de una manera que nunca quisiéramos.

Velas.Conviene crear un buen ambiente en nuestro hogar y alrededor de nuestras mascotas. Objetos como amuletos o velas benéficas, estratégicamente distribuidos por la casa y en las zonas preferidas por nuestros animales, pueden ayudar a que el entorno sea hostil para cualquier presencia maléfica.

Se puede también hacer alguna limpieza espiritual de la casa de tiempo en tiempo para eliminar posibles rastros de negatividad.

No obstante, puede suceder que por algún acontecimiento, suceso o cambio en el entorno que se escape a nuestro control, se produzca un resquicio por donde alguna entidad no deseada intente acceder a nosotros y nuestro mundo.

Es entonces cuando nuestra mascota puede estar más expuesta si ese ente no consigue acceder a nosotros directamente, como seguro sería su primera intención.

Por ello, si finalmente se produce ese nunca deseado caso de posesión animal, será bueno buscar una serie de señales en nuestro animal de manera que podamos saber si ha sucedido y por tanto si llegó el momento de buscar otra estrategia diferente para expulsar de nuestro entorno a esa presencia indeseada que intenta hacernos daño.

Hay que hablar en primer lugar del supuesto en que los problemas empiecen con la llegada de una nueva mascota que no estuviera conviviendo ya con nosotros.

Perro.Si los problemas de índole inexplicable como accidentes extraños, desperfectos fuera de los habituales, rachas de mala suerte, problemas de salud repentinos o en general un mayor índice de sucesos de lo que sería normal en  nuestro día a día, comienzan justo con la llegada de nuestro nuevo animal, no podemos descartar que algo más llegara junto a el.

Por el contrario si el afectado es nuestro animal de siempre, debemos estar atentos a algunos cambios significativos, como por ejemplo que un animal que ha mantenido sus hábitos de limpieza dentro de lo normal empiece de improviso y sin razón aparente a descuidarlos hasta tal punto que parezca disfrute con la suciedad y los desechos.

Puede también pasar de tener un comportamiento dócil y amable a manifiestamente agresivo o destructivo.

Si sucede algún pequeño percance doméstico, como puede ser por poner el caso alguna fuga de agua, se les ve excitados y eufóricos, casi como si se alegraran de que el percance se hubiera producido.

O también es común que reaccionen de una manera extremadamente exagerada ante aparentemente nada como por ejemplo ponerse a aullar o bufar inopinadamente o ladrar o maullar con fuerza hacia algún punto concreto incluso arañando desaforadamente alguna puerta o cajón como si quisiera ver lo que hay a otro lado.

Por otra parte, los ruidos extraños como gemidos, aullidos o bufidos, más prolongados y siniestros de lo que sería normal, se vuelven cada vez más continuados y escalofriantes sin causa aparente.

Y algo muy indicativo es la aversión que pueden empezar a mostrar a estar cerca o en presencia de símbolos religiosos o sagrados.

Obviamente aquí estaríamos descartando que todas esas señales sean producidas por causas más habituales, como alguna enfermedad o procesos de estrés por una mudanza o cambio en el entorno doméstico, por ejemplo.

Gato.Hablo de cuando aparecen esos comportamientos extraños sin una causa aparente que pueda justificarlos.

Es en ese caso cuando podemos empezar a no descartar nada por increíble que nos parezca y pensar en métodos no convencionales para intentar volver a la normalidad.

Quizá una intervención religiosa para purificar nuestro entorno y a nuestra mascota acabe siendo lo que debamos intentar y una palabra con tantas connotaciones como “exorcismo” se transforme en una posibilidad más que deseable.

Si no os dejáis vencer, seguro que con la ayuda adecuada y una mente abierta acabaréis por expulsar a los demonios que intentaron amargaros la existencia.

Sé que pensaréis que algo así jamás os pasaría a vosotros y que todo esto suena como algo sumamente improbable, por no decir imposible, en nuestros tiempos modernos y acelerados, pero sin embargo es seguro que el mal ronda por ahí fuera y nunca está de más estar ojo avizor para reconocerlo si intenta llegar a nosotros.

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