Desierto de Gobi.En casi todos los lugares remotos del planeta podemos encontrar historias o leyendas que hacen referencia a seres misteriosos.

Por ejemplo, si el azar os lleva a tener que viajar por el corazón del desierto de Gobi, habéis de saber que no os vendría mal estar alerta por si un misterioso residente de esos territorios, del que los habitantes del lugar dicen tener conocimiento desde hace generaciones, os saliera al paso.

Y lo que habréis de vigilar no es otra cosa que el suelo bajo vuestras suelas, pues la amenaza llegaría desde debajo, si tuvierais la mala fortuna de toparos con el misterioso Gusano de la Muerte de Mongolia.

Es este un ser que lleva aterrorizando desde hace siglos a las caravanas de viajeros que recorren estos remotos parajes. Y no digamos si el osado viajero lo hiciera en solitario.

Evidentemente, según cuentan, no nos encontramos aquí ante un gusano o lombriz al uso como los que pudiéramos estar nosotros acostumbrados a ver.

Se trata de un peligroso animal al que los habitantes autóctonos denominan como el “Olghoï KhorkhoÏ”, que más o menos vendría a significar “gusano intestino”.

Todas las tribus y aldeas más antiguas coinciden en describirlo de una manera casi idéntica, diciendo que tiene el cuerpo como de un gusano con el grueso de un brazo humano y que parte del medio metro de longitud, llegando a pasar de los dos metros.

Su color predominante es una mezcla de marrón y rojo, de tintes oscuros y uniformes. Los testimonios destacan también la ausencia de formas elaboradas en su cuerpo, resultando como una gigantesca salchicha en la que es complicado determinar dónde está la cabeza y dónde la cola.

Gusano de la Muerte. Recreación.Viven en galerías subterráneas que ellos mismos excavan bajo las arenas desérticas y salen para atrapar a sus presas, valiéndose para ello de un poderosísimo veneno que también se encuentra a lo largo de todo su cuerpo haciendo que cualquier criatura esté condenada sólo con rozarlo. Por si fuera poco además pueden escupirlo a distancia.

Algunas otras referencias añaden que tiene como mecanismo de defensa adicional la capacidad de provocar una fuerte descarga eléctrica por contacto, al estilo de las anguilas eléctricas amazónicas, pero con una carga letal.

Según cuentan son perfectamente capaces de atacar a un humano desprevenido y de hecho hay no pocas leyendas por allí de gente que desapareció y que para quienes lo cuentan fueron sin duda víctimas no de los elementos propios de un desierto, sino del aterrador gusano.

Para los occidentales las primeras referencias a tan singular criatura vinieron de la mano del explorador norteamericano Roy Chapman Andrews que hacia los últimos años de la década de los veinte del siglo pasado, lideró varias expediciones científicas a la zona por encargo del Museo Americano de Historia Natural.

Fue durante las mismas, cuando pudo constatar lo arraigada que estaba entre las gentes de los lugares que visitó, la creencia en la existencia cierta del gusano.

Una vez que dio cuenta de sus investigaciones y fueron conocidas por la opinión pública, el gusano de la muerte pasó a ser una figura de primer nivel entre los aventureros y exploradores varios, ávidos de demostrar su existencia.

Con los años fueron los modernos criptozoólogos los que recogieron el testigo, toda vez que el esquivo ser no ha dado señales definitivas de su existencia, a pesar de que no pocas expediciones han batido la zona en su busca.

Por supuesto se han buscado explicaciones a la similitud de testimonios y descripciones entre habitantes de aldeas en muchos casos bastante alejadas entre sí.

Obviamente lo primero pasaba por estudiar la fauna nativa para ver si alguna especia autóctona pudiera ajustarse a las pistas y la verdad es que tampoco había muchos candidatos.

Anfisbénido.Se pensó que por morfología y por supuesto descontando los elementos como el veneno o la electricidad, quizá pudiera tratarse de algún representante desconocido del suborden de los anfisbénidos, un grupo de reptiles que también se llaman genéricamente “culebrillas ciegas”, con un aspecto que recordaría mucho a las descripciones y una forma de vida similar, pues viven en galerías subterráneas.

Eso sí, ni son tan grandes ni por supuesto peligrosas para el hombre, al carecer de veneno o incluso de dientes capaces de mordernos.

Otro punto en contra es que no se conocen representantes de dicho suborden en la zona del desierto de Gobi, por lo que se tendría que pensar en alguna nueva especie no descrita hasta ahora.

Por descontado también se ha estudiado a las serpientes, pero las que habitan por allí son de sobra conocidas por los locales y resultaría realmente difícil que simplemente haya habido una confusión masiva y todos, trabajando la mayoría la mayor parte de su vida en el campo, hayan identificado de manera incorrecta una serpiente de la zona.

El problema es que al igual que en otras ocasiones similares, ni las expediciones del pasado ni las más modernas han sido capaces de conseguir pruebas consistentes como fotos, filmaciones, huellas, rastros, piel o incluso algún ejemplar muerto.

Película Temblores.Sí se han obtenido testimonios de testigos que afirman haber tenido encuentros con la criatura o incluso que la han visto cazando algún otro animal salvaje, incluso hasta camellos, pero eso es todo por ahora.

Eso no quita para que el aterrador animal siga muy presente en las historias de una gran parte de los habitantes de aquellas lejanas tierras, que siguen considerando su existencia como fuera de cualquier duda.

Incluso hasta Hollywood se hizo eco de todas esas historias tomándolas como inspiración para la película de 1990, Temblores, protagonizada por Kevin Bacon, que tuvo bastante éxito, llegando a rodarse una secuela.

Por ello, el Gusano de la Muerte de Mongolia sigue siendo una especie que está en el pensamiento de cualquier criptozoólogo que se precie, a la espera de que alguno consiga la evidencia definitiva.

Mientras tanto por si acaso, si viajáis por el Gobi recordad mantener los ojos abiertos. Nunca se sabe.

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