Nuestros amigos animales a veces presentan comportamientos que nos dejan con la boca abierta pensando en cómo se han desencadenado.

Si nos fijamos en los más cercanos a nosotros como son perros y gatos, sin duda podemos pensar que la interacción con los humanos y el útil aprendizaje junto a nosotros puedan ser causas importantes de esas maneras de actuar sorprendentes con las que a veces nos obsequian.

Recientemente se ha hecho viral uno de esos comportamientos que ha generado una oleada de simpatía y curiosidad por toda la red.

Los hechos los ha protagonizado una preciosa gata callejera en la ciudad turca de Esmirna, ubicada en la costa del mar Egeo y tercera en población de Turquía, con sus más de 3.000.000 millones de habitantes.

Veréis, Resulta que la gata había tenido tres gatitos, pero estos estaban enfermos. Me adelantaré diciendo que todos padecían una infección ocular que ponía en peligro que su vista se desarrollara correctamente.

Lo misterioso, lo increíble del caso, es que la inteligente felina supo perfectamente cómo proceder, viendo que ella no podía hacer que mejoraran con sus cuidados.

Ni corta ni perezosa, cogió al primero de ellos por el cuello, a la manera que todos los amantes de los gatos conocemos bien, echó a andar y se presentó directamente, ¡En una clínica veterinaria!

No, no me he equivocado. La gata llegó a la puerta, entró sin dudarlo mientras a la vez maullaba para llamar la atención y cuando llegó hasta una salita en la que había una asistente, le dejó el gatito a los pies y se fue por dónde había venido.

Minutos después y ante la sorpresa de personal y clientes presentes, repitió la operación con los otros dos gatitos, dejándolos todos ahí y entonces sí, sentándose pacientemente cómo si se dispusiera a esperar que los atendieran.

Ni que decir tiene que los buenos veterinarios se pusieron a ello, suministrando a los pequeñines los medicamentos que necesitaban. Además los acomodaron en una gran caja junto a su madre y los dejaron en la clínica mientras se iban restableciendo.

Tengo entendido que se están realizando gestiones para que toda la familia encuentre adoptantes y dejen de vivir en la calle, pero no sé mucho más por ahora.

Tan alucinante comportamiento ha hecho que la gata y su pequeños se hayan vuelto sumamente populares en el país y en la red, pero tampoco han sido pioneros, porque de hecho otra gata callejera y también en Turquía, concretamente en Estambul, ya había hecho algo similar hace unos meses presentándose en otra clínica veterinaria con un gatito enfermo, al que también lograron curar.

Y en el otro extremo del mundo, en la ciudad brasileña de Juzaeiro do Norte, también no hace mucho otro animal, en este caso un perro callejero, se había presentado por su propio pie en un veterinario para ser atendido.

Buscando explicaciones a tan singulares e inteligentes comportamientos, no cabe duda de que el hombre tiene que ver en ellos.

En el caso de las gatas, aunque callejeras seguramente habrían recibido más de una vez comida por parte de alguna persona, lo que a pesar de su natural desconfianza pues no todos los humanos son buenos, les podría haber hecho ver que ante una emergencia así, quizá su mejor opción era buscar la ayuda de algún amable gigante de esos de dos patas.

Me parece interesante resaltar aquí que en el caso especialmente de Turquía y como digo teniendo muy en cuenta que no toda la gente es amable y buena con los animales, en general sí cuidan mucho de sus animales callejeros, habiéndose convertido por ejemplo las colonias de gatos de Estambul en una atracción turística más de la ciudad, que sus habitantes cuidan y respetan. Tienen incluso servicios veterinarios del propio ayuntamiento que patrullan por la ciudad atendiendo a esos animales.

Esa familiaridad podría haber impulsado a esas gatas a confiar en los humanos para lograr ayuda. Sin embargo, podría pensarse que hubiera sido más lógico que simplemente se hubieran acercado al primer humano que les saliera al paso, maullando solicitando su atención.

Lo misterioso de estos casos es de qué forma supieron tanto las gatitas como el perro brasileño, que debían ir precisamente a aquellos edificios en concreto, en los que no solo habría personas dispuestas a ayudar, sino sobre todo ¡Médicos!

¿Algún sexto sentido? Quizá en sus correrías habían pasado alguna vez por las inmediaciones y habían percibido que allí había animales enfermos y les estaban atendiendo. Quién sabe. El caso es que su determinación en la elección tomada no dejaba duda de sus intenciones, no acertaron a pasar por allí de casualidad. Fueron expresamente.

Lo bueno además es que hay testimonio de estos casos, ya que en las clínicas había cámaras y las escenas han quedado para la posteridad. Por supuesto a continuación tenéis las imágenes. El vídeo, en la versión que ha publicado el diario ABC, muestra primero a la gatita de los tres pequeños, después en imágenes fijas, sale también la segunda y por último, el perro brasileño.

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