Entre la multitud de seres legendarios que se dice pueblan los rincones salvajes de Norteamérica hay uno bastante curioso.

Me estoy refiriendo al conocido como “Squonk”. Es este un rarísimo animal difícilmente clasificable y además tan escurridizo que casi no hay datos para poder establecer teorías claras sobre su procedencia.

Los relatos sobre este ser comenzaron a correr entre la gente aproximadamente hacia finales del siglo XIX, especialmente en una zona densamente boscosa del Noroeste del estado de Pensylvannia, que hoy podríamos identificar con lo que sería el Cook Forest State Park.

Según parece, el Squonk no es muy agradable a la vista, pues presenta un aspecto parecido a lo que podría ser una suerte de sapo gigante, con la piel llena de verrugas y colgándole en abundantes pliegue por todo el cuerpo.

Squonk.Daría la impresión de que el que el propio animal se siente desagradable pues cuentan que una de sus características principales es que frecuentemente emite unos sonidos que bien pudieran interpretarse como un ruidoso y constante llanto, al punto de que los pocos que le han podido mirar a los ojos relatan que estos se presentan hinchados y escocidos igual que pasa al llorar.

Quizá por ello también, parece que es de hábitos nocturnos y sumamente tímido y escurridizo, desapareciendo de la vista a la menor señal de alarma. No obstante el sonido de su llanto puede delatar su posición y además como nota extraordinaria, parece también que las lágrimas que va derramando a su paso, brillan en la oscuridad dejando un luminoso rastro en la oscura noche.

No obstante no hay que pensar que ante tan evidentes pistas el Squonk será un animal fácil de ver, sorprender y capturar. Todo lo contrario.

De hecho tan sólo circula un relato de alguien que fue capaz de capturar un ejemplar y la historia es de lo más curiosa. En efecto, un tal J.P. Wentling relató que con astucia e imitando el llanto de un hembra logró tras muchas horas de paciente espera que un macho cayera en una trampa que había preparado.

Muy ufano se dirigió al pueblo cercano para alardear de su captura, más cuando llegó y quiso enseñar a sus amigos su trofeo, al abrir el saco tan sólo salió de allí un pequeño charco brillante.

Al parecer, el Squonk había utilizado la que parece ser su única arma defensiva, la capacidad de disolverse en su propio llanto, para luego volverse a armar una vez pasado el peligro a solas en la quietud del bosque.

Libro W. T. Cox.Nunca se ha vuelto a oír de otra captura e incluso las observaciones se cuentan con los dedos de una mano. A pesar de ello sí hay relatos de encuentros nocturnos con sus luminosos rastros de lágrimas.

A pesar de ello, el Squonk permanece como un animal popular entre los habitantes de aquellas zonas y forma parte de su tradición.

Ya aparecía de hecho en el famoso libro de 1910 de William T. Cox, “Fearsome Creatures of The Lumberwoods” que ya he citado en MISTERIO ANIMAL en alguna otra ocasión (Ver https://www.misterioanimal.com/the-cactus-cat/).

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