En esta ocasión quiero daros a conocer un suceso que no ocurrió hace tanto tiempo, como poco más de tres años, dándose el caso además de que sucedió en nuestro país, España, más en concreto a las afueras de la ciudad de Tarragona.

Allí en una cálida tarde de primavera, una familia que viajaba por carretera fue testigo del paso de unas extrañas presencias en el cielo que ciertamente no parecía posible que estuvieran ahí.

Porque los sorpresivos seres que pudieron ver con nitidez no pertenecían aparentemente a ninguna especie conocida y desde luego estaban muy lejos de parecer algo normal en el cielo.

Un día de abril de 2014, Daniel Ransanz, su mujer y sus hijos, viajaban en su vehículo por la autovía A7 en dirección a la localidad de Reus, cuando se vieron sorprendidos por una visión que desde luego no esperaban y que no olvidarían.

Curiosamente, Daniel se dedica a la investigación de fenómenos criptozoológicos, por lo que no podía haber un testigo mejor para estos hechos.

Pasaban en ese momento por la intersección que señala “Constantí/Puerto de Tarragona”, en las proximidades de un centro comercial llamado “Les Gavarres (Las Gabarras)”, Fue entonces, según el propio testigo, cuando su mujer le avisó de una pareja de aves que se aproximaban en vuelo desde el horizonte.

Dibujo 1.Poco a poco fueron acercándose según el sentido de su marcha y aparentemente en un vuelo de planeo. De entrada pudieron apreciar que la envergadura aparente de aquellas aves daba la impresión de ser bastante más grande de lo habitual en las aves de la zona, con las que Daniel estaba familiarizado, pudiendo distinguir además que una de ellas era de un tamaño claramente superior a la otra.

Ya entonces, Daniel se dio cuenta de que aquellas aves no tenían nada de normal y dentro de lo que la conducción le permitía comenzó a observarlas con más atención y cada vez con más sorpresa.

Dibujo 3.Pronto pudieron verlas a una relativa corta distancia en el cielo, la suficiente para darse cuenta de que nunca habían visto nada así. Según su descripción, las aves tenían un plumaje de color gris oscuro y recordaDibujo 2.ban en su cabeza a una cigüeña, pero sin embargo volaban con el cuello plegado en “s” al estilo de las garzas, poseyendo además un collarín emplumado tal como el que lucen los buitres.

Por si todo eso no fuera suficiente, sus alas eran membranosas y desprovistas de plumas, recordando más a las de un murciélago que a las de cualquier ave. Aunque por encima de todo, lo que destacaba era su descomunal tamaño.

Dado que las aves se aproximaban sin desviarse demasiado de su sentido de marcha, Daniel pudo observarlas bien durante cerca de un minuto a pesar de no poder detener el vehículo por no disponer en ese momento de un espacio seguro para hacerlo.

Su momento de máxima sorpresa vino cuando las aves pasaron muy cerca de un edificio en la barriada conocida como “Torreforta” y pudo darse cuenta de que la envergadura de la mayor sobrepasaba su anchura por lo que dedujo que era incluso más grande de lo que había apreciado en un principio y por supuesto estaba ya convencido de estar viendo algo absolutamente fuera de lo normal.

Finalmente decidieron tomar la entrada de Les Gavarres para parar el coche en su aparcamiento. Así lo hicieron, pero cuando salieron apresuradamente del vehículo no consiguieron divisar ya a las extrañas aves a pesar de otear detenidamente en todas direcciones.

Edifcio.Sin embargo quedaron tan impactados, que pocos días después Daniel junto con su hija mayor, de 9 años, volvieron a aquel edificio con el objeto de medirlo más en detalle. Para su sorpresa pudieron precisar que la fachada medía 10,70 metros de ancho, con lo que dado que el ave era todavía más ancha a su paso por encima, su envergadura excedía realmente todo lo imaginable.

Desde luego ellos no han podido olvidar lo que vieron y están convencidos de que fue tal como lo cuentan, aunque no puedan identificar aquellas extrañas aves. Los dibujos que acompañan esta entrada han sido realizados por el propio Daniel y el último por su hija de 9 años. La foto es del edificio utilizado para medir la envergadura de las aves.

Dibujo niña.Cierto es que durante esos días no aparecieron otros testigos que hubieran presenciado el paso de aquellos extraños animales a pesar de ser una zona, tanto por las viviendas próximas como por el centro comercial y la autovía, con tráfico de personas. Sin embargo, los testigos están plenamente convencidos de que lo que vieron fue real.

Por otro lado, cierto es también que en otros momentos y lugares sí se han reportado por España aves extrañas, incluso parecidas, y de ello seguramente hablaré en alguna entrada futura.

Ahora y como colofón de esta historia, añado un vídeo con el relato radiofónico que el propio Daniel Ransanz hizo de su extraordinaria experiencia, para el programa “Misterio en Red” de Radio 4G en Málaga. Junto al presentador y director Esteban Palomo, Daniel reconstruye su avistamiento. Desde luego no cabe duda de que él no duda de su relato. Escuchad su historia y opinad vosotros mismos.

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