Hoy me hago eco de una curiosa y emotiva historia de reciente actualidad, pues los hechos principales se han producido sin ir más lejos este último Domingo 30 de Junio y además aquí mismo, en Madrid, en concreto en el conocido Hipódromo de la Zarzuela.

Como os podréis figurar una vez presentado el escenario, la cosa tiene que ver con el mundo de las carreras de caballos. Soy poco entendido en el mismo por lo que una vez llegó a mis oídos la historia conté con la ayuda de un par de amigos más versados en el tema para completar los datos necesarios.

Todo gira en torno a una persona, el entrenador Roberto López, un caballo, Achtung, y una carrera, el Gran Premio de Madrid, el más prestigioso del circuito y el mejor dotado, con una bolsa de 50.000 Euros para el ganador.

Este pasado domingo se celebró la nueva edición, que como siempre había suscitado una gran expectación entre los profesionales y aficionados, haciendo que acudieran en gran número al Hipódromo para seguir en directo el que era sin duda el plato fuerte de la jornada.

Pero esta vez la carrera tenía unas connotaciones tan especiales que además la habían convertido ya antes de empezar en una edición única.

Roberto López, el malogrado entrenadorCitaba antes el nombre del reputado entrenador de caballos Roberto López. Con varios años de profesión, era una persona muy respetada y querida por todo el mundillo. Si sois observadores os habréis dado cuenta del tiempo verbal y lo he hecho así porque lamentablemente tan sólo unas horas antes de celebrarse la carrera, Roberto López moría en un hospital víctima de la leucemia a la temprana edad de 40 años.

Como es natural, la triste noticia conmocionó al mundillo y se convirtió en tema principal en la Zarzuela tiñendo la carrera de ese aura de acontecimiento único que mencionaba también antes porque además en ella corría el caballo que él había estado entrenando, Achtung, el segundo protagonista de la historia.

Con 4 años de edad, el caballo no tenía precisamente un buen historial pues no había logrado ganar ni una sólo carrera de las que había disputado. Sin embargo, hay cosas o detalles que supongo sólo algunas personas son capaces de ver, parece ser que Roberto López tenía fe en ese caballo y ambos mantenían una relación de afinidad mutua muy especial, por lo que se propuso convertirlo en el ganador del Gran Premio de Madrid.

Desde meses atrás se concentró en dedicar todos sus conocimientos en preparar a Achtung para esa precisa carrera, pero la traicionera enfermedad le iba a empezar a comer fuerzas. Aún así siguió con su tarea hasta que en el pasado mes de Abril debió ser ya ingresado por su grave estado y tuvo que dejar de acudir a la cita diaria con su, sin duda, amigo equino.

Cuentan que incluso entonces y vía teléfono siguió dando instrucciones a sus colaboradores para que la tarea pudiera completarse, hasta que ya en los últimos días no era capaz de hablar y desgraciadamente como decía al principio moría unas horas antes de la carrera habiéndolo dado todo hasta el final.

Pero, ¿Y el caballo? Dicen también que cuando su entrenador dejó de ir a trabajar con el tras ser ingresado, se le notó más taciturno de lo habitual en los siguientes días, quizá como si presintiera que las cosas no iban bien.

Parece incluso que ya en el día de Gran Premio, Achtung estaba más nervioso e inquieto de lo habitual, toda vez que el hecho de participar en una carrera no era en absoluto algo nuevo y estaba más que acostumbrado. Sn embargo, según dicen se le veía diferente.

Y con todos estos antecedentes tan especiales y emotivos, llegamos al Domingo 30 de Junio y al Gran Premio de Madrid.

En el apartado puramente técnico habría que decir que las perspectivas para Achtung no eran nada halagüeñas. Se enfrentaba a otros 11 caballos de los cuales 5 eran los más claros favoritos con un palmarés cada uno que le daba cien vueltas al suyo.

De hecho, las habituales apuestas ya reflejaban esta situación pues una victoria de Achtung se pagaba con un espectacular 42 a 1 (por cada Euro apostado ganarías 42). Como los que conocen el mundo de las apuestas saben, yo tampoco estoy muy puesto aquí, cuando se produce una combinación de estas características lo que viene a indicar en realidad es que casi nadie cree que el hecho sobre el que se apuesta vaya a producirse, por eso muy pocos apuestan en su favor y de ahí que luego el premio fuera mayor al haber sucedido algo realmente improbable en principio, vamos que este caso las posibilidades de victoria que le atribuían a Achtung los aficionados y especialistas eran más bien nulas.

Sin embargo, aunque con la cabeza y el bolsillo todos habían sido realistas y prácticos, curiosamente ese día el corazón de la mayoría de los presentes en el Hipódromo estaba con Achtung y por supuesto con Roberto López.

A las 3 de la tarde se había comunicado oficialmente su fallecimiento y tan sólo 5 horas después, a las 8 de la tarde, los caballos se hallaban en sus cajones dispuestos a tomar la salida del Gran Premio de Madrid más especial de todos los disputados.

No voy a relataros yo la carrera. Una imagen vale más que mil palabras, así que preparaos para presenciar un momento mágico porque a continuación os incluyó el vídeo de la retransmisión de la carrera que hizo Televisión Española:

Si duda el pasado Domingo sucedió algo muy especial. Muy emotiva la narración de la carrera así como la entrega del premio. Impresionantes los aplausos del público y las lágrimas de Marino Gomes, el jockey de Achtung, en la entrevista hacia el final del vídeo.

Pero sobre todo, increíble la carrera de Achtung. Después de ir ¡el último! casi toda la carrera, te deja con la boca abierta su memorable recta final, como si recibiera una inesperada energía desde el más allá o como si supiera que esta vez no tenía otra opción que ganar por su amigo y echara fuera todo lo que no había logrado echar en todas las carreras que disputó sin éxito.

¿Realmente Achtung pudo de alguna manera intuir lo que había sucedido? ¿Hizo lo que hizo como su particular forma de rendir homenaje a su amigo? ¿Le pudo éste transmitir su cariño y energía desde el Más Allá para darle alas hacia la soñada victoria?

Quién lo sabe. Desde luego para los que estuvieron ese ya inolvidable día en el Hipódromo de la Zarzuela, allí pasó algo que trasciende lo puramente material.

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