Las mariposas son unos insectos sin duda realmente bellos y que suelen suscitar simpatías. Su variedad es sorprendente y se las puede encontrar en casi todos los rincones del globo.

Si bien es menos conocido su carácter simbólico, que les otorga determinadas cualidades para prevenirnos o anunciarnos lo que está por venir.

Desde mucho tiempo atrás se ha pensado que el encuentro con uno de estos seres alados no era tan casual como pudiera parecer y venía motivado por la voluntad de transmitir un mensaje concreto a la persona en cuestión.

Eso era especialmente tenido en cuenta cuando el insecto se colaba por alguna ventana o puerta abierta y se dedicaba a revolotear por el interior de nuestra propia casa.

Y es entonces, según el conocimiento antiguo, cuando uno debía fijarse en el color predominante en su alado visitante, pues según fuera uno u otro, las noticias que podíamos esperar podían ser de un cariz muy diferente.

Recopilando diversas fuentes se podría decir que la gama de colores que debíamos tener en cuenta es más o menos como sigue:

Si el color predominante es el negro, la mariposa será portadora de algún mal augurio, de algún obstáculo o problema que se nos va a presentar en el horizonte.

Mariposa negra.

Si el color predominante es el blanco, será todo lo contrario pues el anuncio será de algo bueno, de algo positivo que nos va a salir al paso.

Mariposa blanca.

Si el color predominante es el amarillo, nuestra amiga nos estará anunciando un éxito inminente en algún proyecto que hayamos emprendido o vayamos a emprender.

Mariposa amarilla.

Si el color predominante es el rojo, podemos esperar que alguien de nuestro entorno que esté enfermo, o nosotros mismos si es el caso, consiga mejorar y restablecerse de sus afecciones.

Mariposa roja.

Si el color predominante es el ocre o anaranjado, podemos deducir que se nos va a presentar algún enemigo inesperado en el camino y por tanto tendremos que estar alerta.

Mariposa ocre.

Si el color predominante es el verde, tendremos suerte en el amor ya que encontraremos un amor nuevo o nos reconciliaremos con el que perdimos.

Mariposa verde.

Si el color predominante es el violeta, sabremos que nos aguarda una época de estabilidad, equilibrio y armonía interior y en la relación con las personas de nuestro entorno cercano.

Mariposa violeta.

Y finalmente, si el color predominante es el azul podemos considerar que estamos ante quizá la más mágica de todas y su visita será para nosotros como si nos hubieran regalado un amuleto de la buena suerte en todo aquello que nos ocupe.

Mariposa azul.

Es importante destacar como consejo fundamental que sea cual sea el color de nuestra visitante, una vez cumplida su misión de mensajera, debemos facilitarle la salida para que siga su camino.

En ningún caso intentaremos capturarla y mucho menos matarla, pues entonces cualquier aspecto positivo que nos hubiera transmitido mutaría inevitablemente tornándose en su contrario negativo.

Mención especial merece el caso de la mariposa negra, que al ser de por sí augurio de malas noticias podría pensarse que la mejor manera de anularlas sería precisamente eliminar a la mensajera para lograr el efecto contrario.

Ahora bien, lo que hace la mariposa negra es advertirnos de esos infortunios con el fin de que estando prevenidos tengamos alguna oportunidad de evitarlos, pero si no la dejamos seguir su camino, entonces esos infortunios caerán sobre nosotros inexorablemente por muy prevenidos que estemos.

Por eso debemos ayudar a partir a cualquiera que nos visite y de todas formas aunque sólo fuera por su belleza y por la importante misión polinizadora que cumplen, si alguna mariposa de cualquier especie nos alegra unos momentos con su presencia, lo justo será ayudarla después en agradecimiento a seguir su camino libremente.

Etiquetas:

Categorías: InvertebradosLeyendas