Dentro del estado norteamericano de Nueva Jersey, existe una zona natural de unos 3.200 Kilómetros cuadrados en el Sureste, en la que se pueden encontrar tanto grandes espacios boscosos como pantanosos y que está encuadrada dentro de la mucho mayor Pinelands National Reserve. Esta zona concreta es llamada “Pine Barrens”.Pine Barrens. Situación en Nueva Jersey.

Durante el siglo XVIII fue una zona industrial dedicada primero a la extracción de hierro y más tarde a la explotación maderera, aunque hacia finales de siglo la región había ido perdiendo pujanza perdiendo la mayoría de sus habitantes, que se marcharon a otros lugares buscando mejor fortuna y convirtiéndose en un paraje poco apetecible para la gente.

Además pronto comenzaron a surgir noticias de que delincuentes y personajes nada recomendables utilizaban esas tierras como refugio, acrecentadas por rumores en la que también se afirmaba que otros aún más oscuros se reunían por allí para dedicarse a realizar extraños ritos y ceremonias.

Todo eso acabó produciendo que la gente corriente fuera apartándose de Pine Barrens y que comenzara a forjarse una leyenda negra sobre el territorio.

Quizá era cuestión de tiempo, o no, que ante esa situación acabaran también por salir a la luz relatos de ocasionales viajeros que comenzaron a explicar con horror cómo se habían topado con un extraño ser del que lograron escapar por poco. Sea como fuere, el hecho es que así sucedió. Había aparecido el que llegaría a hacerse famoso como el Demonio de Jersey (Jersey Demon, o también, Jersey Devil), quizá hoy en día uno de los críptidos más famosos de Estados Unidos.

Sobre el origen exacto de tal criatura, las leyendas locales han dejado varias versiones, aunque parece que la favorita implica a una familia de granjeros de la zona y explica que todo empezó en un fecha algo indeterminada hacia la mitad del siglo XVIII (algunas versiones dicen que 1735, otras que en 1752 e incluso se sugiere que en 1770).

Jane Leeds, que así se llamaba la mujer, vivía con su marido y sus doce hijos en su modesta cabaña de Leeds Point, dentro del territorio que nos ocupa. Los problemas surgieron cuando llegó el momento de dar a luz a su decimotercer hijo. En aquella época era corriente que se diera a luz en las casas casi sin asistencia médica, por lo que la señora Leeds se dispuso a apañárselas por sí misma como había hecho ya más de una vez.

Pero en esta ocasión el parto se presentó tremendamente complicado como nunca lo había sido. Tales eran los dolores, que al parecer la pobre mujer profirió algún tipo de exclamación blasfema. La historia cuenta que empleó una frase que venía a decir que con todo lo que le estaba costando alumbrar al niño, si acababa naciendo tenía que ser poco menos que el Demonio.

Y parece que fue entonces cuando con un último esfuerzo consiguió dar a luz. Pero lo que apareció en la casa era cualquier cosa menos un sonrosado bebé. La criatura deforme que comenzó a deslizarse por el cuarto horrorizó a la familia. Y según el relato, no tardó en abalanzarse sobre ellos, matándolos a todos, padre, madre y hermanos, para a continuación huir al bosque, donde se fue desarrollando y tomando la forma por la que sería conocido y con la que aún hoy sigue inspirando el miedo de los que deben aventurarse por sus dominios.

Pero, ¿Cómo es el Demonio de Jersey? Tras años y años de avistamientos varios y aunque no falta alguna pequeña característica que varía según el caso concreto, en general hay bastante consenso entre los testigos sobre el aspecto general de la criatura.

Jersey Demon. Reconstrucción.De tamaño un poco mayor al de un hombre adulto, dicen que su pelaje es negro, con una cabeza que mezcla facciones de caballo, perro y cabra, un delgado cuello y cuernos caprinos sobre la parte delantera del cráneo junto a las orejas. Sus ojos de un rojo fuego brillan en la oscuridad, mientras que sus babeantes y poderosas mandíbulas cuentan con unos grandes y afilados colmillos. Sus patas anteriores son algo cortas en proporción al cuerpo pero fuertes y armadas con terribles garras y se desplaza preferentemente en posición bípeda sobre sus hendidas pezuñas. Por si esto fuera poco, dispone también de un par de alas a la espalda de aspecto similar a las de los murciélagos y con una envergadura cercana al metro.

Cuando se desplaza por el aire parece que desprende un extraño resplandor amarillento que todavía le hace parecer más aterrador. Y por si el conjunto no fuera lo suficientemente horrible, puede empeorarlo con sus agudos gritos y broncos rugidos que ponen los pelos de punta.

Pero es que como guinda del pastel, resulta que tan espantosa criatura, al ser de naturaleza demoníaca, dispone de una fuerza, velocidad y agilidad sobrenaturales, dicen por ejemplo que es capaz de partir árboles con un golpe de sus alas, además de atribuirle facultades tan oscuras, según los relatos populares, como las de cortar la leche con su aliento, respirar fuego para expulsarlo luego como si de un dragón se tratara e incluso hacerse invisible.

Y para rizar el rizo, si tienes un encuentro con el Demonio de Jersey y consigues sobrevivir, el simple hecho de haber estado en su proximidad hará que caiga sobre ti la mala fortuna y la desgracia que transporta el aura que rodea al ser.

Tanto es así que tratándose de un ser demoníaco llegaron a darse recomendaciones para que los viajeros que debían atravesar su zona de influencia no olvidarán llevar entre sus pertenencias algún objeto sagrado como una biblia o un crucifijo, en la creencia de que alejarían a la criatura, pues no se confiaba mucho en que con las armas tradicionales pudieran hacer mucho.

Con tales características, no es de extrañar que en efecto desde los últimos años del siglo XVIII, empezaran a acumularse los testimonios sobre encuentros con el Demonio. Se supone que hubo bastantes más pero se piensa que lo testigos no lograron sobrevivir, de hecho así buscaban explicación a extraños asesinatos y desapariciones por la zona relacionándolo también con muertes extrañas de ganado y animales salvajes.

Y por supuesto a medida que aumentaron los testimonios aumentó la popularidad y la leyenda. Más aún si tenemos en cuenta que en aquellos últimos años del XVIII y primeros del XIX, hubo incluso algún testigo de renombre.

Stephen Decatur.José Bonaparte.Es el caso del héroe de guerra americano Stephen Decatur, quien estando en 1800 probando nada menos que balas de cañón, se sorprendió junto con sus hombres al ver aparecer por encima de sus cabezas al Demonio de Jersey. Ni cortos ni perezosos decidieron que la mejor defensa es un buen ataque y la emprendieron a cañonazos. Según Decatur, al menos una de las balas pareció darle de lleno, sin embargo la criatura siguió su vuelo aparentemente como si nada.

Otro testigo ilustre fue nada menos que José Bonaparte, hermano de Napoleón y Rey de España de 1808 a 1813. Al parecer disponía de una casa por allí en la que pasaba temporadas campestres dedicadas a la caza y sucedió que en uno de sus viajes alrededor de 1820, cuando estaba en una partida con unos amigos, tuvo un encuentro con el Demonio al que asustó disparando su arma. Pudo dar una descripción bastante detallada del ser, pero a pesar de que habló con todos los presentes nadie más reconoció haber observado algo extraño.

Estos y otros casos hicieron que a pesar de no ser frecuentes entonces, las apariciones del ser llevaran el miedo al corazón de las gentes. El fenómeno había alcanzado tal relevancia que en 1840, un sacerdote local fue convocado por la comunidad para practicar un exorcismo sobre Pine Barrens. No era la primera vez, pues según parece ya en 1740, al poco de comenzar los sucesos, un predicador de la zona fue el primero en intentar realizar un exorcismo que trajo una relativa calma en esos años posteriores, pero que tampoco evito algunos incidentes como los de los ilustres testigos citados anteriormente.

Como además el predicador ya había advertido que su limpieza sólo sería eficaz por cien años, no fue raro que la gente recordando aquel hecho intentara repetir el rito en esas fechas para intentar al menos conseguir algo de tranquilidad, aún a sabiendas de que no conseguirían hacer desaparecer a la criatura.

Funcionase o no, el caso es que por unos años los encuentros bajaron en gran medida, aunque eso no evitó que la gente siguiera teniendo miedo. Los niños no salían en cuanto caía la noche e incluso los adultos se cuidaban muy mucho de moverse por la noche y cuando tenían necesidad de hacerlo procuraban ir en grupo.

Cabecera artículo sobre Demonio en 1909.Esta tensa calma saltó por los aires ya en pleno siglo XX, en concreto en 1909, cuando en el transcurso de unos pocos días, del 16 al 23 de Enero, esta vez más de un centenar de personas a lo largo y ancho no ya sólo de Pine Barrens sino de todo el estado de Nueva Jersey, refirieron haber tenido un encuentro con el Demonio, que en la mayoría de los casos incluso llegó a perseguirles. Fue tal el grado de alarma creado que incluso llegaron a cerrarse muchas escuelas de las zonas más afectadas por las apariciones.

Entre los testigos de esta oleada incluso se citaban a dos policías estatales que, en dos casos diferentes, llegaron a abrir fuego cada uno de ellos directamente contra la criatura sin que, una vez más, le causaran daño aparente.

Tras esta oleada, los casos siguieron salpicando los calendarios en los siguientes años. Se organizaron también grupos para dar caza al ser sin resultado. Incluso el zoológico de Filadelfia allá por los años 20 del pasado siglo llegó a ofrecer una recompensa de nada menos para la época que 10.000 $, por la captura del animal, pero quitando los intentos de algún que otro aprendiz de estafador nadie se presentó con el Demonio de Jersey, por lo que los directivos del zoo acabaron por retirar la recompensa.

En la década de los 50 también hubo varios casos de los que los periódicos se hicieron eco. En el invierno de 1951 se llegaron a observar extrañas huellas en la nieve en varios lugares en los que se produjeron muertes de ganado. Y en 1954 un granjero tuvo que acudir en ayuda de su hijo de 10 años cuando le oyó gritar en el bosque cercano. Al llegar a su encuentro el chico le dijo presa del pánico que un horrible ser había intentado sorprenderlo.

Desde entonces hasta nuestros días se han seguido produciendo encuentros esporádicos con el común denominador ya habitual por otro lado de aterrorizar a los testigos y dejarles impactados por años cambiando sus vidas.

Hasta se han producido avistamientos no ya en Nueva Jersey sino en sus tres estados limítrofes, Delaware, Pensilvania y Nueva York.

Sin embargo desde principios de la década de los 70 del pasado siglo, el número de casos reportados ha pasado a ser anecdótico, lo que no es óbice para que las gentes de la zona sigan volviendo la cabeza cada poco rato cuando deben pasar por los lugares más enlazados con la criatura.

Vista Pine Barrens desde torre contra fuego.Y también es cierto que en estos últimos 40 años sobre todo con las mejoras tecnológicas, ha sido cuando más veces se ha intentado despejar definitivamente el enigma del Demonio de Jersey, habiendo dado lugar a innumerables expediciones de búsqueda, artículos, también libros y cómo no documentales, como por ejemplo los de la cadena de Discovery Channel, Animal Planet, o de la serie que aquí emite canal Odisea, El hombre contra el monstruo. Además por descontado de una miríada de fotos y vídeos en los canales de distribución habituales en Internet, como Youtube, con muchas papeletas para ser “fakes” en casi todos los casos populares.

Aunque desde luego el área a cubrir es muy extensa y todavía hoy en día completamente salvaje en muchos puntos, por lo que si añadimos que como suele suceder en estas historias misteriosas el Demonio de Jersey se muestra reacio a revelar sus secretos, no quedará más remedio que seguir esperando. Mientras, su leyenda sigue viva aún en la actualidad.

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