El curioso Ningen

Hay muchas de estas historias y criaturas que encontramos con ligeras variaciones por diversas partes del globo, pero sin embargo, algunas parece que se circunscriben a territorios geográficos concretos. Uno de estos seres llega aquí hoy.

Japón cuenta con su propio bestiario fantástico que ellos engloban en una suerte de apelativo común denominado “Yokai”.

Uno de estos Yokai, llama la atención porque presenta una curiosa peculiaridad como es que no procede de una tradición milenaria, siendo su origen realmente moderno.

Tanto es así que los primeros relatos y testimonios que describen a esta sorprendente criatura proceden del entorno de 1990.

Es un ser específicamente relacionado con el medio marino y se le ha denominado “Ningen”, que en japonés viene a significar algo como “Humano”.

Esto es así, porque según la mayoría de testigos pudiera decirse que el extraño animal posee una semejanza con lo que podríamos denominar aspecto humanoide.

No obstante presenta una serie de rasgos que por descontado hacen que lo de humano se quede más bien en un intento por hacer comprensible para nosotros algo que no lo es.

Si empezamos por su tamaño, parece ser que es realmente grande, pues se piensa que puede medir de largo entre los 15 y los 28 metros, estimándose que su peso total debe rondar varias toneladas, lo que de entrada le hace más similar a los grandes cetáceos.

A pesar de su desmesurado tamaño si dicen que su silueta recuerda efectivamente a un ser de aspecto humanoide, pues parece que se le reconocerían formas que recuerdan a nuestra cabeza y trono superior.

Hay testimonios que hablan de haberle visto como una suerte de brazos pero también de tamaño desmesurado y sumamente largos y delgados, mientras que por la otra parte se le han adjudicado tanto algo parecido a largas piernas como también una cola similar a la de las sirenas.

Incluso, a pesar de que la inmensa mayoría de los testimonios lo han descrito evolucionando bajo el agua, hay unos pocos testigos que dicen haberle visto moverse un poco torpemente por tierra firme o sobre el hielo gracias a esos apéndices como brazos y piernas, por lo que podría pensarse que la criatura sería capaz de respirar tanto en el agua como fuera de ella.

No obstante hay relatos que narran haberlos visto salir a respirar en el agua al estilo de las ballenas, por lo que este último extremo tampoco estaría confirmado.

En cuanto a su rostro, quienes han tenido ocasión de divisarlo lo suficientemente cerca destacan sobre todo unos grandes ojos, al estilo de los calamares y una alargada ranura bucal. En lo que todos coinciden es en su color blanco inmaculado, que lo hace distinguirse mejor cuando nada bajo el agua.

Algunos testigos han tenido la ocasión además de oír sus sonidos que les recordaron a un extraño canto con un único tono repetido y mantenido parecido en cierta forma a los típicos sonidos de ballenas pero con una tonalidad algo menos aguda.

Se les ha visto en solitario, en pareja y en grupos más grandes, pero curiosamente siempre y únicamente por los mares que rodean las islas japonesas. En ninguna otra parte del globo se ha podido ver un ser que pudiera pensarse de la misma especie.

Se piensa que les gusta seguir a los barcos pues ha sido cerca de embarcaciones dónde se producen la mayoría de avistamientos. Se mantienen a una distancia prudencial, sin acercarse tanto como por ejemplo los delfines, y son capaces de nadar a gran velocidad y sumergirse hacia aguas profundas con celeridad ante cualquier alarma.

No se sabe muy bien cuál puede ser la base de su alimentación pues no hay relatos que los identifiquen con un determinado régimen alimenticio.

Algunos estudiosos locales del tema consideran que dado su color blanco y sus aparentes costumbres, el hábitat original del Ningen debió situarse en torno a la Antártida pues parece ligado a zonas frías. Sin embargo, el progresivo calentamiento global les habría ido obligando a moverse más y por ello se han ido sucediendo observaciones que antes no existían de unos pocos años atrás hacia acá.

Independientemente de que parece que no sería el primer avistamiento reportado, el fenómeno comenzó a ganar notoriedad en Japón aproximadamente hacia 2003 cuando por los foros especializados comenzó a circular un relato de un supuesto ex marino de un barco de investigación de la marina japonesa que relataba con todo lujo de detalles un increíble relato de cómo se habían topado con el misterioso ser.

Contaba que sus compañeros pensaron en principio que se trataba de algún pequeño sumergible, pero cuando lo tuvieron a unos 20 metros pudieron constatar que se trababa de un ser vivo, aunque, a pesar de que el barco contaba con varios expertos oceanógrafos, no fueron capaces de determinar su especie, incluso calibrando que pudiera ser alguna conocida con cualquier tipo de tara o mutación.

Según cuenta el testigo se realizaron multitud de fotografías y se filmaron dos o tres vídeos, sin embargo todo ese material fue requisado y clasificado como secreto según pusieron un pie en el puerto.

No obstante no ser del todo comprobable, la historia hizo salir a la luz multitud de testimonios adicionales en los siguientes meses, hasta el punto de que unos años después, en el 2008, la revista de divulgación “Mu”, muy popular en Japón, dedicó un número especial al fenómeno, haciendo que su leyenda se disparara en todo el país y por supuesto traspasara ya sus fronteras.

En ese extenso reportaje se podían ver diversas fotos de las que más llegaron a divulgarse, como una que se hizo famosa y provocó gran revuelo por esa época en la que sobre un mapa de Google Maps parecía divisarse todo un Ningen desplazándose bajo el agua. Es la imagen que acompaña estas líneas.

Tras la publicación se produjo en los dos años siguientes una auténtica sobredosis de fotos y testimonios sobre la existencia de la criatura, si bien la gran mayoría de pésima calidad y con sospechosos indicios de manipulación, lo que más que aclarar el misterio consiguió enredarlo y desacreditarlo en gran manera.

Quizá una de las fotos más famosas fue una en la que se veía a otro supuesto Ningen sobre un témpano de hielo y que por supuesto fue objeto de encendidos debates a favor y en contra de su autenticidad. La incluyo también aquí.

En cuanto al vídeo sucede poco más o menos lo mismo, los que se han divulgado son de una calidad horrorosa y muchos muestran ser una burda manipulación casi según comienzas su visionado.

Puede que el que más polvareda levantó fue el conseguido por unos trabajadores que al parecer formaban parte de una empresa que estaba tirando cable submarino y que por medio de un robot pudieron lograr unos desconcertantes segundos de grabación en los que aparece un supuesto Ningen en aguas profundas.

También hay que decir que el vídeo no ha dejado de estar envuelto en la duda, ya que aunque por supuesto parece el típico vídeo de robot teniendo encuentros casuales con vida marina convencional, que tantas veces hemos visto por la red, sí es cierto que parece raro que el operador del ingenio, ante algo tan sorprendente, no continuara grabando y siguiendo claramente a la criatura y por el contrario se conformara con esos escasos segundos, porque se ve que la cámara en un principio se mueve hacia el animal, pero después la filmación termina sin más, al menos en lo que ha saltado a la red.

Precisamente esa corta duración da pie a los escépticos para pensar que la criatura se generó a posteriori digitalmente, pues siempre es más fácil y sencillo generar esos efectos si el tiempo es corto, aparte de que así se dan menos oportunidades a que algún fallo evidencie el montaje.

En cualquier caso, aquí va el vídeo para que como siempre opinéis vosotros mismos:

En fin, como siempre están los que descalifican cualquier información sobre el particular y también los que dicen que el hecho de que la red esté inundada con tanto material gráfico sobre el tema fácilmente identificable como falso, tan sólo responde al intento de desacreditar un fenómeno real que no interesa que se conozca, de tal forma que el escaso material auténtico quedara difuminado y olvidado entre el falso.