Angkor Wat.Todos estaremos de acuerdo en que según todos los cánones científicos establecidos, los dinosaurios se extinguieron de la faz de nuestro planeta muchísimo tiempo antes de que el primer homínido paseara por aquí.

Sin embargo, como molestos guijarros en el zapato, no quiere eso decir que no existan reliquias, objetos, indicios o leyendas que apunten a que quizá las cosas no fueron del todo así.

Por ejemplo podemos ver uno de estos “guijarros” en las selvas de Camboya. Allí se encuentra el majestuoso conjunto arqueológico de Angkor Wat.

Actualmente es uno de los complejos más turísticos y visitados del país. Se encuentra cercano a la población de Siem Riep y se estima que como otras construcciones de la zona fue levantado por el pueblo Khmer, que fue la civilización dominante entre los siglos VIII al XIV.

Angkor Wat. Interior.Probablemente Angkor Wat en concreto comenzó a ser edificado a principios del siglo XII y tuvo pleno uso hasta el siglo XVI.

Después el paso del tiempo y el avance de la jungla fueron casi sepultando muchas de estas maravillas arquitectónicas hasta que siglos después fueron redescubiertas y rehabilitadas en la medida que fue posible.

Y precisamente al suceder ese redescubrimiento que vino acompañado de nuevos estudios, salieron a la luz algunas sorpresas como la que nos ocupa en este caso.

Dentro del complejo se encuentra el templo de Ta Prohm. Este templo tiene la particularidad de que en una de sus esquinas en la entrada, se aprecia una columna cubierta con círculos decorativos, dentro de los cuales se pueden contemplar motivos animales primorosamente tallados.

Son como era de esperar animales del entorno como monos, ciervos, aves o búfalos de agua, tan habituales de la fauna local y que como digo están perfectamente representados con todo detalle siendo perfectamente reconocibles.

El relieve.Bien, el problema o la sorpresa viene cuando entre estos relieves aparece el de un animal que a poco que observemos más parece relacionado con los antiguos dinosaurios que con la fauna contemporánea de los escultores, en concreto recuerda mucho a un estegosaurio.

Sería raro pensar que los artistas que tan fidedignamente fueron capaces de representar a los demás animales fueran incapaces de mostrar este otro como era, por lo que más bien nos estarían dando a entender que el animal que esculpieron era tan habitual para ellos como los demás.

Por supuesto se han hecho interpretaciones de todo tipo, como que es un rinoceronte decorado con una corona de hojas, aunque se antoja raro que sea el único animal que presentaría un adorno parecido de todos los esculpidos.

Estegosaurio.Relieve. Detalle.Como suele suceder en estos casos, la auténtica verdad queda en la neblina puesto que ninguno de nosotros estábamos allí en el momento de la creación de los relieves y tan sólo podemos pensar que somos capaces de interpretar correctamente lo que vemos.

Por supuesto los hechos científicos nos invitan a pensar que no podía haber estegosaurios silvestres campando a sus anchas por Camboya en el siglo XII, pero no deja de ser una notable curiosidad y desde luego no deja de tener su misterio.

Otro más que añadir a esa incómoda para muchos, bolsa de “guijarros” que se empeñan en recordarnos que a lo mejor no somos tan listos como pensamos y las cosas que tenemos por perfectamente explicadas y comprendidas no lo están tanto.

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