Rescato ahora un vídeo sobre el que unos conocidos me pidieron opinión hace unas semanas, pues lo habían encontrado por la red recientemente, aunque yo recuerdo haberlo visto por vez primera a mediados de 2013.

Es uno más de tantos vídeos que siguen el esquema de “estamos grabando algo normal y corriente y de repente llega la sorpresa inesperada”, que en este caso resultaba en lo que se atisba, ciertamente inquietante.

Mapa zona.Para ponernos en situación, al parecer nos encontraríamos en una zona boscosa ribereña, siguiendo el cauce del río Paraíso, más exactamente en la zona conocida como barriada de Vila Ildemar, a las afueras de la ciudad de Açailândia, perteneciente al estado brasileño de Maranhão.

Lo que podemos ver en el vídeo es la grabación del inocente juego de unos chavales de la zona que al parecer están haciendo una suerte de competición de natación.

Al principio eso es lo que ve, con la carrera de tres participantes mientras el que filma hace como de juez junto a otro chaval y un sexto chico permanece observando en la orilla opuesta.

Y a partir de la mitad del vídeo es precisamente en dirección a ese sexto chico hacia donde debemos fijar nuestra atención.

Y más exactamente, detrás de él, a los arbustos que se sitúan en el oscuro lindero del camino justo a sus espaldas.

Porque será por ahí cuando desde la derecha y hacia el instante 00:51, podremos vislumbrar como “algo” parece asomarse en principio y volverse a ocultar. Ese movimiento se repetirá, hasta el punto de que el chico que graba avisa al de la orilla que hay algo raro a sus espaldas (justo en el instante 01:00).

Las voces se oyen, claro está, en portugués, pero a pesar de eso creo que se puede entender lo sustancial de lo que hablan y en respuesta a su amigo se ve cómo el sexto chico se vuelve por primera vez para mirar en la dirección que le indican.

A partir de aquí, la competición de natación pasa a un segundo plano y todos se centran en lo que sea que ha aparecido de improviso.

El filmador insta al otro a que avance hacia el camino y se asome y el otro lo acaba haciendo titubeante ya con todos pendientes de él, incluyendo los nadadores, que han avanzado también hacia esa orilla.

Al final llega la gran sorpresa con la criatura que irrumpe de derecha a izquierda, justo en el instante 01:30, en un movimiento tan rápido que dificulta su identificación pero que permite no obstante deducir que no se trata de ningún animal habitual.

Eso produce la gran estampida de los testigos y el vídeo ya se convierte en el caos con el que termina.

Hasta aquí lo reflejado en las imágenes. Pero ¿Qué se cuenta sobre el vídeo?

Pues, a tenor de lo que pude ver en su día, la verdad es que no surgieron muchos estudios o interpretaciones, es cierto que el vídeo corrió como la pólvora en aquellos días, más por su país, pero con la misma rapidez cayó en el olvido a pesar de alguna que otra nueva subida, sin que hubiera ningún gran reportaje sobre su veracidad o por el contrario sobre el descubrimiento de su falsedad.

Hasta donde yo sé, no se vio en ningún programa a aquellos chicos ni se les hicieron entrevistas, por lo que sólo quedaría el análisis del vídeo en sí mismo.

Y en cuanto a eso, lo primero es constatar su baja calidad, debido a estar realizado con un teléfono móvil. A partir de ahí es más difícil hasta la extracción de frames con la calidad suficiente para estudiar mejor algún punto concreto.

Si recopilamos un poco las opiniones globales vistas, los hay que se inclinan por la veracidad del vídeo teniendo en cuenta sobre todo, que el comportamiento de los chicos parece bastante natural en todo momento y que debían haber sido bastante buenos actores los cinco, para actuar así con el guion preparado de antemano.

Piensan también que sería imposible que algún gracioso hubiera decidido hacer una edición tomando un vídeo inicial de los chicos en el que no sucediera nada, pues realmente ellos reaccionan a algo, por lo que no hubiera sido posible añadirlo después sobre un vídeo sin relación ninguna.

Por otro lado los hay que manifiestan que la zona que rodea a la criatura cada vez que aparece, se ve incluso algo más pixelada que el resto y como sobreañadida, dando la impresión de una creación digital.

Desde luego, en lo poco que se puede observar lo cierto es que tampoco parece que se trate de la silueta de cualquier animal autóctono de la selva, que además seguro que los chicos hubieran estado habituados a ver.

Hasta este momento el vídeo sigue como inexplicado y queda un poco al gusto de cada cual clasificarlo como falso o como auténtico, existiendo en este segundo caso el tema posterior de dilucidar qué demonios aparecía en las imágenes.

Para terminar y como siempre para que vosotros mismos decidáis, aquí tenéis el famoso vídeo en cuestión.

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