Perspectiva.Para esta entrada recurriré una vez más al enorme inventario de mansiones inglesas en las que los fenómenos extraños son parte de la decoración.

Nos situamos en esta ocasión en el condado de Dorset, ubicado al Sur de Inglaterra. Allí, a 5 Kilómetros de la localidad de Dorchester, capital del condado, se encuentra una impresionante edificación que guarda en su interior una extraña historia. Se trata de la conocida como “Athelhampton House”.

A finales del siglo XV fue levantada para ser convertida en su residencia familiar por Sir William Martyn y conocida en principio como Athelhampton Hall. El edificio fue agrandado y retocado por sucesivas generaciones, hasta llegar a uno de los últimos herederos propietarios en los años entre finales del siglo XVIII y principios del XIX.

Curiosamente esta familia poseía un escudo de armas muy peculiar, pues en el mismo se podía ver la figura de un mono recostado en un tronco (algo nada habitual en la heráldica de la zona).

Más curioso todavía era el lema que se encontraba al pie, que más o menos venía a decir “Aquel que mire al mono de los Martyn será mirado por el mono de los Martyn”.

No hay referencias sobre el origen y la antigüedad de dicho escudo y su lema, pero al parecer es cierto que por aquella época al menos un mono sin que esté muy clara la especie, podría haber sido un chimpancé, fue adoptado como mascota familiar.

Tampoco queda muy claro si eso se produjo en atención al escudo familiar, o fue ese mono el que dio origen al susodicho escudo.

Athelhampton House.El caso es que, como a veces sucede con los animales caseros y cualquier propietario de mascotas podrá atestiguar, el animal pronto mostró una especial querencia por una de las hijas de la familia.

Era esta la más introvertida y reservada de sus hermanos y quizá por eso ella y el mono se hicieron inseparables.

La chica estaba terminando su adolescencia y se vio seriamente afectada por un desengaño amoroso, hasta tal punto que se volvió todavía más meditabunda y esquiva de lo que ya era.

Una aciaga noche, ella y su mono desaparecieron. Fueron para la familia días de angustia mientras rastreaban las zonas próximas sin resultado. No se sabe exactamente cuánto tiempo se prolongó la búsqueda, pero todo se precipitó al parecer unas tres semanas después cuando accidentalmente el suceso llegó a oídos de un habitante de un pueblo vecino.

Este hombre ya anciano, resultó que de joven, hacía muchos años, había trabajado en el servicio de Athelhampton House, antes de la llegada de los Martyn.

Pudo entonces conocer que la mansión contaba con un par de estancias interiores secretas que pocos conocían. Cuando reveló este hecho, la familia se dispuso a encontrarlas.

Así lo hicieron, pero lamentablemente, en una de ellas encontraron lo que tanto habían temido. Su hija y también el mono, yacían allí sin vida.

Según se investigó, la chica debió haber dado accidentalmente con la manera de entrar en la estancia y la había convertido en su refugio secreto, tanto es así que ninguno de sus hermanos conocía su existencia.

Por ello cuando se vio superada por los acontecimientos decidió encerrarse allí y quitarse la vida según parece el mismo día que desapareció. Lo sorprendente fue que el mono la siguió fielmente hasta allí y después no quiso abandonarla hasta acabar finalmente el mismo muriendo de inanición.

Quizá el animal simplemente no fue capaz luego de salir de la estancia una vez muerta ella, pero parece que el resorte que abría desde dentro no debiera haber sido un impedimento serio si el mono hubiera querido realmente salir.

Sala interior.Hay alguna fuente de la época que comentó también que incluso en la habitación había un cesto con frutas que sin duda ella debió llevar para obsequiar a su querida mascota, pero que no había sido consumido.

Sea como fuere, el caso es que mujer y animal compartieron el mismo destino.

El caso fue la comidilla de todas las localidades vecinas durante mucho tiempo, pero sin embargo la historia iba a sumar un nuevo ingrediente todavía más misterioso.

Y es que según cuentan, desde entonces y en al menos una decena larga de ocasiones a lo largo de los años, diversas personas se han visto sobresaltadas por no decir horrorizadas, al ser sorprendidas por una serie perfectamente audible de arañazos y ruidos extraños procedentes de la habitación secreta que siempre cesaban súbitamente tan pronto alguien se atrevía a abrirla.

Ni que decir tiene que ahora Athelhampton House, aunque ya desligada hace muchos años de la familia Martyn y convertida actualmente en un lugar para eventos y celebraciones diversas, sigue siendo para muchos lugareños la “casa del mono” y el antiguo escudo de armas familiar cobra ahora un oscuro significado.

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