Son muchas las historias acerca de animales, sobre todo perros y gatos, que han logrado realizar increíbles viajes atravesando lugares desconocidos para ellos para volver a encontrarse con sus dueños de los que se separaron en algún momento concreto por las más diversas razones.

Sigue siendo un fascinante misterio aún sin resolver qué tipo de sexto sentido permite tales hazañas, pues sentidos más cotidianos como el olfato o el de orientación no explican en modo alguno los resultados para tales distancias y en terrenos que la mayoría de protagonistas no habían visitado jamás.

Sin duda hay “algo” más que les unía a los humanos objeto de su cariño y que los animales eran y son capaces de distinguir y localizar por encima de lugares y distancias.

Qué puede ser ese algo está sin determinar, ¿Quizá un sentido psi del que los humanos carecemos? No podemos saberlo, pero sin duda tiene que existir una explicación para un fenómeno repetido en muchas y diferentes ocasiones y que desde luego excede de manera apabullante la simple casualidad.

No dudo de que volveré sobre estos temas más de una vez en este Blog, pero ahora simplemente quería haceros llegar una de esas historias impresionantes, quizá una de las más espectaculares por la distancia del viaje y que tuvo una tremenda repercusión en la época. Leer la entrada completa